Tal y como se preveía desde hace algunos días, el alcalde, el arzobispo y el presidente del Consejo de Hermandades deciden suspender las procesiones de la Semana Santa de Sevilla, una celebración que supone un gasto de unos 9 millones para el Ayuntamiento pero que deja unos ingresos superiores a los 400 millones de euros en la ciudad.
El Gobierno municipal anunció pasadas las 12 de la mañana la cancelación de las populares procesiones de la Semana Santa sevillana. La decisión la tomaron el alcalde de Sevilla, Juan Espadas; el Arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo; y el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla, Francisco Vélez, tras una reunión que mantuvieron en el Ayuntamiento para analizar las decisiones tomadas por el Gobierno de España y la Junta de Andalucía en el día de ayer con motivo de la declaración del estado de alarma en todo el territorio nacional durante los próximos 15 días, así como las medidas tomadas por las tres administraciones para hacer frente a la evolución de los casos de coronavirus y frenar en la medida de lo posible su avance, conforme a las indicaciones y escenarios manejados por la Autoridad Sanitaria.
Tras la reunión, hicieron público un comunicado que señala que "consideramos que hay motivos de salud pública suficientemente justificados para suspender los desfiles procesionales en la vía pública de las hermandades y cofradías de Sevilla en la Semana Santa 2020 y que además es nuestra obligación y la de todos los ciudadanos cooperar en la consecución de los objetivos que se plantea nuestro país en esta cuestión en la actual coyuntura".
El alcalde mostró en las redes sociales su pesar por la "decisión más dura en la que he participado como alcalde en estos cinco años". También el presidente de la Junta, Juanma Moreno, consideró la suspensión "una medida responsable y necesaria para frenar el avance del coronavirus".
La decisión es un fuerte varapalo emocional para las más de 100.000 personas que salen en procesiones en esa semana (entre nazarenos, costaleros y músicos), así como para varios cientos de miles de devotos de estas hermandades, que vertebran la sociedad civil sevillana.
Pero es igual o mayor el golpe económico que supone para miles de familias que sufrirán el impacto de ver cerrados pequeños negocios con los que viven buena parte del año. Son innumerables los pequeños establecimientos del centro histórico de Sevilla que apuestan su viabilidad a los ingresos que reciben durante la Semana Santa, gracias a la presencia de más de medio millón de personas por las calles cada uno de esos días.
Asimismo, muchos sectores tradicionales que dependen de la Semana Santa, desde túnicas a capirotes, costales, flores, cererías, etc. ven perder su negocio anual, lo que tendrá serias consecuencias en su supervivencia.
También las grandes empresas del sector turístico (aerolíneas, hoteles, cadenas de hostelería, etc.) ven anuladas sus expectativas y procederán en los próximos días a cancelar contrataciones e incluso realizar ERTEs para poder asumir su nueva situación.
La Semana Santa de Sevilla supone un impacto económico de 400 millones para la ciudad y cuenta con un coste de alrededor de nueve millones de euros en cuanto a los servicios que ofrece el Ayuntamiento hispalense, según se ha expuesto esta semana en las jornadas organizadas por la Asociación Sevillana de Empresarios Turísticos (ASET) y Caixabank.
La nueva situación se produce después de dos años de inversiones millonarias en materia turística por parte del sector privado, especialmente en el hotelero, debido a unas enormes expectativas de crecimiento de visitantes para este año y los próximos.
La decisión de Sevilla no es la única que se va a producir sobre la celebración de la Semana Santa en el resto de puntos de Andalucía, donde otras muchas ciudades ya están anunciando la cancelación. De hecho, la propia Conferencia Episcopal Española ha recomendado esa suspensión en toda España.