
El informe anual de prospectiva energética global de la Agencia Internacional de la Energía, el World Energy Outlook, presentado ayer, augura que el consumo de energía se reduzca un 15% hasta el año 2040 en la UE, como resultado las tendencias culturales y demográficas y de la aplicación de la eficiencia energética, que permitirá reducir el incremento de la demanda en un 60%.
Esta tendencia se replicará en todos los países de la OCDE, pero con menos intensidad que en el Viejo Continente: en Japón, el consumo bajará un 12% y en EEUU, un 3%.
El documento indica que, a pesar de ello, la demanda planetaria se incrementará un 30%, impulsada por el sudeste asiático y por India en particular -será responsable de un cuarto de la subida-, mientras que en China, que en 2040 precisará el doble de energía que EEUU, también se notará la mayor eficiencia, puesto que consumirá un 85% menos para obtener una unidad de PIB.
Globalmente, la eficiencia permitirá limitar en un tercio el incremento de la demanda, mientras que el PIB crecerá un 150%. No es casualidad que desde 2005 la normativa sobre la materia haya pasado de afectar al 3% de la industria a más de un tercio en la actualidad y con tendencia al alza. Detrás del fenómeno está la rentabilidad: según la Agencia, un incremento de eficiencia del 11% hasta 2030 tiene un coste de 300 dólares por tonelada equivalente de petróleo, mientras que no hacerlo conlleva un desembolso de 1.300 dólares por tonelada equivalente.
El ahorro puede ser mayor si el crudo se encarece hasta el final de la década y no se mantiene en el entorno de los 50 dólares por barril, algo que no se descarta. Si esto ocurriera, se desaprovecharía casi el 15% del ahorro, con un valor de 800.000 millones de dólares.
En cuanto a la evolución de las fuentes de energía, las renovables predominarán, superando al carbón como principal recurso a inicios de la década de 2030. El negro mineral, excepto en India y contados países, bajará; será un tercio de lo actual en la UE. El gas crecerá un 50%, pero no en la UE; aquí no volverá al nivel de 2010. La demanda de crudo repuntará, pero en la OCDE bajará 10 millones de barriles diarios.