
Rubén Tito Ingenieri. Para muchos, un nombre desconocido. Ahora bien, para otros es un hombre que representa una vida de superación en Quilmes, Argentina. Con poco más de 40 años, convirtió su sueño en realidad y construyó su casa usando botellas de vidrio.
Aunque le tomó casi tres décadas de esfuerzo, trabajo y sacrificio, lo cierto es que se siente realmente orgulloso actualmente de su obra de arte. De hecho, fue incluida en 2019 en el listado de los '10 edificios más raros de Argentina' en un especial de Clarín firmado por el periodista especializado en arquitectura Miguel Jurado.
En profundidad
Todo comenzó varias décadas atrás, cuando se encontró en una situación totalmente desesperada. Tras una separación con su esposa y con su sueldo embargada, se quedó sin un lugar donde vivir. No obstante, esto le proporcionó una base muy valiosa sobre la cual construir su futuro.
Sin dinero para comprar materiales de construcción convencionales, no le quedó otra más que dar un giro 360 grados a su contexto. Aunque la vivienda de reducidas dimensiones en el terreno heredado se encontraba en mal estado, esto no hizo que tito desviase su atención del objetivo.
Más detalles
De hecho, se puso manos a la obra, demolió la estructura deteriorada y se lanzó a construir un hogar de modo muy distinto al resto. Inspirado en un artículo francés que había construido una casa con botellas, decidió probar esta técnica única. Y le gustó más de lo que creía.
Como era previsible, el proyecto avanzó poco a poco, pero los resultados se iban viendo cada cierto tiempo. Es más, tardo 28 años en construir su casa, con botellas de vidrio y otros materiales reciclados, pero recibió la gran colaboración de amigos, varias autoridades municipales...
A tener en cuenta
"Cuando tienes una gran necesidad, lo primero que quieres es contar con un lugar donde dormir y cobijarte", declaró en una entrevista con 'TN'. Y por trabajo no fue, debido a que dedicaba entre 4 y 12 horas diarias en su proyecto, incluso los fines de semana.
¿El resultado? Pues bien, una casa de tres pisos conocida como 'El Faro' y un ejemplo para otras personas que quieran tener soluciones creativas y, sobre todo, sostenibles. Las paredes están hechas con cemento, arena y tres millones de botellas de vidrio de diferentes colores. En el interior de la casa, las botellas permiten que la luz del sol brille a través de ellas.