
Cuando uno se va de vacaciones, solo piensa en desconectar para volver con las pilas cargadas a la rutina y disfrutar del momento al máximo. Y cuando uno toma la decisión de adentrarse en un crucero de lujo, ni mucho menos piensa que va a estar en peligro en algún momento del trayecto.
Pero esto sucedió a los viajeros del lujoso buque Queen Anne de Cunard, una de las compañías más veteranas y famosas del mundo, el pasado mes de marzo. Al parecer, zarpó en su viaje inaugural en enero desde Southampton, iniciando un viaje de más de 100 días.
En profundidad
Cuando atravesaban el Océano Índico, el Mar Arábigo, el Golfo de Adén y el Canal de Suez, algo se torció. Es más, el capitán pidió a todos ellos que corrieran las cortinas de los camarotes y apagaran todas las luces por el siguiente motivo: estaban navegando por aguas de piratas.
Más concretamente, la amenaza llegó cuando el Queen Ann navegaba por una zona propensa a la piratería en el sudeste asiático, después de dejar Darwin (Australia) para dirigirse nada más y nada menos que a Manila (Filipinas), atravesando el mar de Célebes. Y no era ninguna broma.
Más detalles
De hecho, según el relato de una periodista, el capitán regaño a los turistas de tres habitaciones que se negaban a seguir las medidas indicadas. Y poco después, justo, el pánico aumentó al sonar la alarma pirata, lo que provocó que la tripulación se trasladara a los puestos de concentración designados.
De acuerdo a la información proporcionada por Business Insider, las cubiertas de paseo exteriores se cerraron durante toda la noche, dejando encendidas solo las luces esenciales de las cubiertas abiertas para reducir lo máximo posible la visibilidad del barco.
A tener en cuenta
Por suerte, todo pareció quedar en un susto y no hubo que lamentar ningún episodio de mayor gravedad. Ahora bien, es un simple recordatorio de que ni las personas más ricas del mundo, que se pueden permitir este tipo de ocio, están ajenas a los problemas y amenazas del mundo exterior.
Cabe destacar que era el barco número 249 de una empresa que cuenta con más de 180 años de historia. Con capacidad para 3.000 pasajeros, combina la elegancia de los cruceros clásicos con la última tecnología y los estilos renovados más acordes al panorama actual.