
El embarazo es una etapa complicada debido a los numerosos cambios físicos y emocionales que experimenta la mujer, así como por la posibilidad de complicaciones. De ahí que sea muy importante cuidar la alimentación para asegurar tanto el desarrollo saludable del bebé como el bienestar de la madre.
En profundidad
Por lo general, son numerosas las mujeres que se preocupan por la salud de su futuro hijo y acuden a todas las revisiones médicas. Ahora bien, solo un pequeño porcentaje también se preocupa de qué alimentos son los más adecuados y cuáles deben evitarse durante este periodo.
Y es vital. De hecho, existen mitos que reflejan que durante el embarazo hay que comer por dos, cuando es una gran mentira. Lo ideal no es aumentar la cantidad de una forma descontrolada, sino comer alimentos que aporten al cuerpo los nutrientes que ambos necesitan para mantener un buen estado de salud.
Lista completa
Desde Sanidad han compartido una guía completa con los alimentos y bebidos que nos piden evitar durante el embarazo:
Alimentos crudos
- Leche cruda y quesos frescos o de pasta blanda (Brie, Camembert, tipo Burgos o quesos latinos, mozzarella y quesos azules) si en la etiqueta no dice que estén hechos con leche pasterizada.
- Brotes crudos (soja, alfalfa...).
- Huevos crudos o preparaciones elaboradas con huevo crudo (salsas y mayonesas caseras, mousses, merengues y pasteles caseros, tiramisú, helados caseros, ponches de huevo...).
- Carne cruda (carpaccios, steak tartar, …) o poco hecha.
- Pescado crudo (sushi, sashimi, ceviche, carpaccios), pescado ahumado refrigerado o marinado, así como ostras, almejas o mejillones crudos.
- Frutas y hortalizas crudas que no se hayan pelado o lavado y desinfectado previamente (incluyendo ensaladas embolsadas, preparadas y las consumidas fuera de casa).
Otros alimentos
- Pez espada o emperador, atún rojo (Thunnus thynnus), tiburón (cazón, marrajo, tintorera, etc.) y lucio.
- Carne de caza silvestre (animales abatidos en la caza como el jabalí, venado, etc.).
- Productos cárnicos loncheados y quesos loncheados o rallados industriales. Quita la corteza de todos los quesos.
- Patés que se vendan refrigerados.
- Si no estás inmunizada frente a la toxoplasmosis (consulta a tu médico) evita el consumo de productos cárnicos crudos curados (chorizo, salchichón, salami, jamón curado…) Estos alimentos sí pueden consumirse después de cocinarse a más de 70ºC durante dos minutos en el centro del producto (en croquetas, rehogados, pizzas…).
Algunos alimentos envasados
- Sándwiches envasados y otros alimentos envasados listos para consumir que contengan vegetales, huevo, carne, fiambres, pescado y derivados.
- No consumas directamente frutas y verduras congeladas envasadas si en el etiquetado indica que se deben cocinar (batido con espinacas congeladas, por ejemplo).
- Si consumes zumos envasados, deben estar pasteurizados.
Bebidas
- No tomes bebidas alcohólicas ni productos que lleven alcohol, cualquier consumo conlleva un riesgo para el desarrollo del feto.
- Evita bebidas azucaradas y energéticas.
- Consume los zumos recién exprimidos, no los preparados con antelación y conservados.
A tener en cuenta
Para beber, la mejor es el agua. Se recomienda beber entre 2 y 2,5 litros de agua al día (de 8 a 10 vasos). Ten en cuenta que una parte ya está en los alimentos que consumes durante el día y que los días de calor y si haces actividad física debes beber un poco más.
Además, hay que moderar el consumo de sal y no superar los 5 g al día, contando la sal añadida en el cocinado y la incluida en los alimentos que compras. Revisa su etiquetado antes de adquirirlos. De igual forma, consumir al menos 5 raciones de frutas y hortalizas al día, siempre peladas, lavadas o cocinadas.
Por si fuera poco, consumir principalmente y siempre que sea posible, alimentos vegetales frescos, locales y de temporada como frutas y verduras, cereales preferiblemente integrales, legumbres, pescados, frutos secos, aceite de oliva… reduciendo el consumo de carnes rojas y procesadas y productos con alto contenido en sal, grasas y azúcares añadidos.
Una alimentación deficiente durante el embarazo, conviene señalar, puede tener graves consecuencias para los dos. Desde incrementar el riesgo de complicaciones como parto prematuro, bajo peso al nacer, problemas de desarrollo fetal e incluso la muerte fetal -si se presentan deficiencias nutricionales que afectan a partes clave-.