
El satélite NISAR de observación terrestre ha desplegado con éxito su reflector de antena de 12 metros de ancho, el más grande que la NASA ha desplegado jamás en el espacio.
En profundidad
Diecisiete días después del lanzamiento de NISAR (NASA-ISRO Synthetic Aperture Radar) de la NASA y la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO) desde el sureste de la India, la pieza esencial de la misión se ha desplegado en órbita.
El reflector permaneció retraído, como un paraguas, hasta que el brazo de 9 metros que lo sostiene pudo desplegarse y fijarse en su lugar.
NISAR rastreará el movimiento de las capas de hielo y los glaciares, la deformación del terreno causada por terremotos, volcanes y deslizamientos de tierra, y los cambios en los ecosistemas forestales y de humedales con una precisión de centímetros. También ayudará a los responsables de la toma de decisiones en campos tan diversos como la respuesta a desastres, la monitorización de infraestructuras y la agricultura.
La misión incorpora los sistemas de radar más sofisticados jamás lanzados como parte de una misión de la NASA. Por primera vez, el satélite combina dos sistemas de radar de apertura sintética (SAR): un sistema de banda L que puede ver a través de las nubes y el dosel forestal, y un sistema de banda S que también puede ver a través de las nubes, pero es más sensible a la vegetación ligera y la humedad de la nieve. El reflector desempeña un papel fundamental en ambos sistemas, por lo que el despliegue exitoso del hardware constituye un hito tan significativo, informó la NASA en un comunicado.
Más detalles
Con un peso aproximado de 64 kilogramos, el reflector cuenta con un marco cilíndrico compuesto por 123 puntales compuestos y una malla de alambre bañada en oro. El 9 de agosto, el mástil del satélite, que se había colocado cerca de su cuerpo principal, comenzó a desplegarse, articulación por articulación, hasta extenderse por completo unos cuatro días después. El conjunto reflector está montado en el extremo del mástil.
El 15 de agosto, se dispararon pequeños pernos explosivos que sujetaban el conjunto reflector, lo que permitió que la antena iniciara un proceso llamado "floración": su despliegue mediante la liberación de la tensión almacenada en su marco flexible mientras estaba plegada como un paraguas. La activación posterior de motores y cables llevó la antena a su posición final, bloqueada.
Para obtener imágenes de la superficie terrestre con píxeles de unos 10 metros de ancho, el reflector se diseñó con un diámetro similar al de un autobús escolar. Utilizando el procesamiento SAR, el reflector de NISAR simula una antena de radar tradicional que, para el instrumento de banda L de la misión, tendría que tener 19 kilómetros de largo para lograr la misma resolución.