
Para muchos, la sensación de estrenar algo nuevo no se equipara a nada, tanto que hay quienes afirman no esperar ni para ponerse esos calcetines que acaban de entrar en el armario. Y por lo general, este perfil suele ir asociado con la necesidad de comprar artículos nuevos constantemente, sobre todo antes de un viaje o con la excusa de tener alguna ocasión especial marcada en el calendario. Según los expertos, esto puede deberse a una combinación de factores emocionales, sociales y culturales.
Esto es lo que dice la psicología
Por lo general, acudir a un centro comercial va asociado a la idea de cubrir una necesidad. Esa es la teoría oficial, no obstante, detrás de ello se esconden otros factores que nos influyen a la hora de comprar una nueva prenda de ropa. Y aunque es cierto que pueden surgir necesidades de última hora antes de irse de vacaciones, muchas de las compras son perfectamente evitables. ¿Realmente necesitabas ese nuevo vestido? ¿No tenías nada en el armario?
Según un estudio elaborado por un equipo de psicólogos de Ariel en varios países, uno de los principales motivos que impulsa a varios a comprar nuevas prendas es el deseo y el placer de estrenar, y no porque se haya roto la anterior. ¿Y de dónde viene esa sensación? Los datos desvelan que equivale a una dosis extra de confianza, además que puede liberar dopamina.

Ahora bien, aceptar este comportamiento como inofensivo no es correcto, ya que en algunos casos extremos podríamos estar hablando de una adicción a las compras o compras compulsivas. Se trata de una conducta que se realiza cuando no se necesita, que está asociada generalmente con problemas financieros y por la que se pueden acumular prendas innecesarias.
Cómo combatir esta sensación
Según una asesora de estilo, conocer nuestro armario es el paso más básico e imprescindible primero para comprar con conciencia, y segundo para sacarle el máximo partido a nuestra ropa. Revisar qué es lo que tenemos y organizar nuestras prendas nos ayuda a ser más conscientes con el estilo que nos define.
Por norma general, las compras compulsivas vienen dadas de las tendencias o de una falsa necesidad, por lo que es recomendable realizar una pausa antes de realizar una compra y preguntarnos si realmente nos hace falta o estamos siendo influenciados por causas ajenas.