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Rafa B, el niño pintor andaluz que conquista galerías de España y Europa con solo 12 años

  • El joven artista sueña con exponer en el MoMA de Nueva York mientras desarrolla un estilo propio inspirado en maestros como Picasso, Dalí, Velázquez y Klimt.
El artista malagueño Rafa B. en su exposición en Estepona (Málaga).

Con tan solo 12 años, el artista malagueño Rafa B. ya ha conseguido lo que muchos creadores aspiran a lo largo de toda una vida: exponer en varias ciudades, vender sus obras a coleccionistas internacionales y captar la atención de públicos y expertos del arte contemporáneo. Su obra, de gran formato y marcada por una explosión de color, cuelga actualmente en La Casa de las Tejerinas de Estepona (Málaga), donde puede visitarse hasta el 29 de julio en el marco de la muestra Arte como puente entre generaciones.

Nacido en 2013, Rafa B. comenzó a pintar con solo cuatro años y se sube a una escalera de tijera para trabajar sobre lienzos de gran tamaño. Su estilo combina referencias al cubismo y a grandes maestros como Picasso, Dalí, Velázquez, Klimt o Sorolla, con un enfoque personal que evoluciona constantemente. "Cuando tenía dos años y medio, en la escuela infantil, ya notaron que dibujaba muy bien y me recomendaron que lo apuntara a clases de pintura y así lo hice", explica a elEconomista Ana Pavón, su madre.

Según destacan desde la organización de la exposición que actualmente muestra la obra de Rafa, sus cuadros "demuestran una madurez artística excepcional, caracterizada por pinceladas libres, colores intensos y una capacidad intuitiva para conectar con las emociones del espectador".

"Hay momentos en los que dibujo cosas tristes, otras veces felices y también enfadadas", comenta el propio Rafa. "Es como una forma de expresar lo que siento". Esta capacidad de trasladar sus emociones al lienzo, unida a su dominio técnico, ha sido clave en su creciente reconocimiento.

Obras en Bélgica, Alemania y Rusia

Entre los hitos más destacados de su trayectoria, Rafa ha vendido ya obras en Bélgica, Alemania y Rusia, algunas de ellas premiadas o seleccionadas para museos y galerías internacionales. Uno de los coleccionistas más fieles a su obra, residente en Bélgica, ha adquirido ya cuatro de sus cuadros, tres de ellos inspirados en Las Meninas y en Picasso. "Estoy muy orgulloso. Es que casi no me lo puedo creer, aunque a veces también me siento algo apenado cuando vendo cuadro, porque pienso que no volveré a verlo", apunta el joven artista.

En su primera exposición individual en la galería Es Arte de Marbella vendió todas las obras el mismo día, y más tarde repitió éxito en el Salón de Arte Moderno (SAM) de Madrid. A su corta edad, ya ha compartido conversación con figuras como Isabel Díaz Ayuso, José Luis Martínez Almeida o Borja Sémper, así como con artistas como Alec Monopoly y críticos como Rita Martorell.

El joven artista con algunos de sus cuadros.

Actualmente combina su formación autodidacta con clases privadas. Aunque su madre evita hablar de precios, reconoce que "la labor de los galeristas ha sido clave para marcar el valor de las obras", y que lo que más le importa a Rafa es que "la gente las vea, las valore y se emocione".

Referencias a artistas internacionales

Su obra El torero pacífico, una de las más recientes, se expone también en Estepona. "Me gusta por sus colores llamativos y por la tranquilidad que transmite", explica Rafa. Otra de sus piezas más llamativas es Miss Margarita, un trabajo cargado de simbolismo. "Tiene dos macetas: una representa el mundo si continúan las guerras, con flores muertas, y la otra representa el mundo si se acaba la guerra, con flores felices".

Una pieza con importantes referencias a pintores internacionales que muestran el amplio conocimiento del mundo del arte que posee el joven. "Es un cuadro muy expresivo, en el que hablo de la paz, por eso la protagonista está soñando con la paloma de la paz que dibujó Picasso. También he incluido la divertida flor que hizo famoso al gran pintor japonés Takashi Murakami", ha señalado Rafa.

Además del arte, el joven también siente interés por la economía, la psicología y los negocios. "La pintura ya la estoy estudiando. Quiero aprender otras cosas y seguir viajando. Mi sueño es exponer en todos los países del mundo y que mis cuadros lleguen al MoMA o al Thyssen", asegura.

El talento de Rafa B. continúa creciendo al margen de su edad. Su historia es, para muchos, una muestra de que el arte no entiende de límites cuando hay pasión, esfuerzo y una manera única de mirar con ojos de niño un mundo para adultos.

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