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Un nuevo estudio descubre que enterrar madera podría eliminar enormes cantidades de CO2 del aire y enfriar el plantea hasta 0,4ºC

Tala de árboles para extraer madera. / Foto: iStock

El continuo debate sobre el calentamiento global y los gases de efecto invernadero podría reducirse gracias a una nueva técnica, simple, rápida y muy sostenible, que ha descubierto un equipo de investigadores de la Universidad de Cornell. Básicamente, consiste en enterrar residuos de madera, como pueden ser ramas o muebles viejos, en bosques gestionados.

Los investigadores del nuevo estudio aseguran que esta nueva fórmula puede evitar carbono de la atmósfera y reducir el calentamiento global hasta en 0,42ºC. La estimación contempla un total de 937 gigatoneladas de CO? en 76 años. Además, de este modo se pueden evitar las emisiones procedentes de la descomposición o quema de residuos.

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Esta idea funcionaría especialmente bien en bosques gestionados o en aserraderos, lo que también ayuda a reducir el riesgo de incendios forestales, tal y como indican desde el medio italiano SFP Versilia, donde han explicado que los bosques gestionados, especializados en la producción de madera, generan grandes residuos de este material natural, que suele quemarse, liberando carbono a la atmósfera.

Sin embargo, si se entierran a una profundidad de al menos dos metros, estos residuos se conservan en el suelo durante siglos o milenios, evitando la emisión de CO2. ¿Por qué? Porque el suelo actúa como aislante natural, reduciendo la presencia de oxígeno y ralentizando el proceso de descomposición. El carbono se queda aislado de forma segura bajo el suelo.

Así, el entierro de los residuos de madera no absorbe directamente CO2 de la atmósfera, pero sí que evita que el carbono ya fijado en la madera regrese a la atmósfera. ¿Qué quiere decir que el carbono está fijado en la madera? Pues que, a medida que los árboles crecen, absorben CO2 del aire mediante la fotosíntesis, por lo que se almacena en sus tejidos y, al talar el árbol, quedan residuos de madera que se suelen quemar, por lo que el CO2 se libera de nuevo al aire.

Así, enterrar estos restos interrumpe el ciclo natural de retorno, previniendo futuras emisiones a la atmósfera. De hecho, se ha hecho una estimación en un nuevo estudio publicado en Nature Geoscience, tal y como recoge el citado medio italiano, que ha revelado que esta práctica podría eliminar entre 770 y 937 gigatoneladas de CO2 en los próximos 76 años, lo que equivaldría a una reducción de la temperatura global de hasta 0,42°C.

Pero, ¿esta práctica es realista y se puede llevar a cabo? Lo cierto es que sí. Los investigadores estiman que, incluso considerando los recursos necesarios para el transporte, la excavación y el entierro de los residuos de madera, la relación del costo y los beneficios seguiría siendo positiva en entornos bien gestionados.

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