
La Drosophila melanogaster, más conocida como mosca de la fruta o mosca de vinagre es un tipo de insecto muy característico de estas fechas, y muy fácil de identificar, ya que son insectos de un tamaño muy pequeño, negros o marrones, y normalmente no están solos, sino que es común encontrarse varios revoloteando por nuestra cocina. Se denomina así ya que se alimenta de fruta en estado de fermentación e incluso de la basura que aún no hemos tirado en el contendor, ya que se sienten especialmente atraídos por los aromas que generan.
Así pues, es relativamente común ir a coger una fruta en verano de la cocina y de repente encontrarnos una o varias moscas de la fruta. Es esencial actuar rápido, ya que se reproducen a toda velocidad, y en apenas unos días podríamos tener una plaga en nuestra casa.
Cómo deshacernos de ellas
Las larvas se alimentan de la fruta donde estén depositadas (por ejemplo, encima de un melocotón, sin que nos demos cuenta), así como las moscas adultas o en desarrollo, dependen del alimento en descomposición en cuestión (este mismo melocotón). Por ello, es esencial identificar los alimentos que tengamos en estado de descomposición, incluyendo dentro del cubo de basura, y sacarlos de casa lo más rápido posible.
Sin embargo, existen algunos remedios cuando ya han aparecido, para evitar que se reproduzcan y ahuyentarlas de nuestra casa: uno de ellos es mezclar jabón líquido (o en virutas) con agua caliente, azúcar moreno y vinagre de manzana en un tarro o botella. Se sentirán atraídas por el olor y quedarán atrapadas en la mezcla.
Plantas como la albahaca o la lavanda son repelentes naturales de todo tipo de insectos, por lo que tenerlas cerca de la fruta o cerca de la basura ayudará a que no se quieran acercar a nuestra casa.
Asimismo, es muy importante mantener una higiene adecuada, ya que es el principal motivo de que aparezcan, no solo tirando la basura o las frutas pasadas, sino haciendo limpiezas profundas y evitando que queden restos que se puedan descomponer.