
Cuando hacemos turismo en otro país, sobre todo durante los meses de verano, siempre nos fijamos en costumbres que nos llaman la atención. Ahora bien, en caso de trasladarse, al menos de manera temporal, la atención aumenta hasta en el más mínimo detalle.
Eso es precisamente lo que le ha ocurrido a Olivia, una británica que vive en Menorca y le ha sorprendido una cosa de los colegios españoles: las pelotas de tenis en las patas de sillas y mesas. Tanto es así que ha llegado a afirmar que representa un verdadero "choque cultural".
En profundidad
Como bien sabemos, se trata de un método que cada vez más centros están incorporando en nuestro país para evitar todo el ruido y fomentar un ambiente tranquilo en el aula. ¿Por qué? Está claro: es económico y fácil de llevar a cabo. Además, es una forma de dar una segunda vida a las pelotas de tenis.
De hecho, tan solo hay que agujerearlas y empotrarlas a las patas de las sillas y las mesas. De esta forma, el caucho de las pelotas actúa como una especie de pantalla que absorbe las vibraciones y el ruido, reduciendo el desagradable ruido de los mismos al arrastrar contra el suelo.
Más detalles
Aunque pueda pasar desapercibido para muchas personas, la realidad es que este ruido provoca estrés y ansiedad, en especial al alumnado con autismo o con dificultades auditivos. Con ello, este grupo reducido aumenta su concentración y recibe menos estímulos auditivos.
La publicación, como era previsible, se ha viralizado en cuestión de meses en TikTok, superando las miles de reproducciones y llegando a los 2.800 'me gusta'. "Nunca había visto esto, me parece muy sorprendente", "Es lo mejor que han visto mis ojos" o "Ojalá los pusieran en más colegios" son algunas de las reacciones que se han podido leer.