
No es muy habitual que en los hogares españoles se lave la ropa a mano. De hecho, es un hábito del pasado, donde era más común bajar al río con la ropa sucia o a la fuente próxima para frotar manualmente hasta quedar impoluta. Con el auge de las tecnologías y la existencia de las lavadoras, este proceso se ha vuelto más sencillo.
En profundidad
Por lo general, además de la ropa sucia, que en el periodo veraniego aumenta considerablemente, se incorpora detergente y suavizante en los compartimentos correspondientes. Y, en determinadas ocasiones, lejía u otros productos esenciales según el tipo de ropa o el programa de lavado elegido.
Por suerte, existe un truco -desconocido para la sociedad- que ayuda a mejorar la limpieza de la ropa y reduce el consumo de energía. Y es que el uso de la lavadora supone un excesivo gasto de luz y agua durante los meses de junio, julio, agosto y septiembre.
Más detalles
Al parecer, el vinagre blanco desilado que solemos tener en los hogares es muy útil para este tipo de ocasiones. Incorporar una cucharada pequeña de este vinagre sobre la ropa durante el aclarado será beneficioso para eliminar restos incrustados de detergente, suavizar la ropa y neutralizar los malos olores.
Con un nivel de acidez moderado (entre el 4 y el 5%), este ingrediente es lo suficientemente fuerte para limpiar y desinfectar sin causar daños a las superficies o a las fibras de los tejidos -en especial con la ropa deportiva-, lo que lo convierte en una opción segura en la limpieza.
A tener en cuenta
También, favorece el rendimiento de la lavadora, ayudando en un gran porcentaje a prevenir la acumulación de residuos. Sin duda alguna, esto provoca que el electrodoméstico funcione correctamente, consumiendo menos energía tanto a corto como a largo plazo.
De no tener en el domicilio, el bicarbonato de sodio es otra alternativa sencilla. Sus propiedades alcalinas y desodorantes sí que permiten retirar hasta las manchas incrustadas, a la vez que elimina los malos olores.