
Los orígenes de Gesalaga-Okelan, el mayor grupo cárnico de Euskadi, se remontan a los años 70 en la localidad guipuzcoana de Zarautz de la mano de la familia Gesalaga. "Mis padres comenzaron abriendo una carnicería aquí en Zarautz y los hijos nos fuimos incorporando al negocio familiar, que fue creciendo poco a poco hasta tener una red de 14 carnicerías y un obrador propio que abrimos en el año 2000", rememora José Luis Gesalaga, miembro de la segunda generación y director actual de la compañía. Después de apostar por el crecimiento bajo el modelo de franquicias, decidieron optar por dar el salto a la venta a terceros y ahora sus clientes principales son restaurantes, carnicerías y tiendas delicatessen, pero no descartan abrir nuevas tiendas propias.
-Con una facturación anual superior a los 40 millones de euros, ¿cuáles son sus previsiones para este año?
-Desde el año 2000 hemos ido creciendo todos los años, con un crecimiento aproximado de un 25%. En 2024 rondamos los 44 millones y este año esperamos acercarnos a los 50 millones de facturación.
-En la actualidad cuentan con tres líneas de negocio, ¿qué peso tienen cada una de ellas sobre las ventas globales?
-Por un lado, Croqueta y Presumida, nuestra línea de fritos y empanados, supone aproximadamente un 48% del volumen de nuestras ventas. Por otro, Okelan, nuestra línea cárnica, también está cogiendo muchísima fuerza. Nosotros somos carniceros de toda la vida y hemos logrado que más del 50% del volumen de ventas proceda de esta área, sobre todo de carnes de vacuno mayor y carnes selectas. El 2% restante procede de Sura, nuestra nueva línea, con comida precocinada que fusiona la tradición vasca con influencias orientales.
-¿Cuánta carne importan de otros países para satisfacer su demanda actual?
-Inicialmente trabajábamos aproximadamente con un 90% de producto de importación, de Alemania, Austria, Polonia y Holanda, pero actualmente nos estamos especializando en producto de la Península, sobre todo del norte de Portugal, Galicia, País Vasco y Cornisa Cantábrica, y estamos ya en un 50% de producto nacional peninsular y otro 50% de producto de exportación.
-A través de la puesta en marcha de la Fundación Okelan han adquirido el compromiso de recuperación de las razas autóctonas.
-Sí. En la Península Ibérica hay aproximadamente unas 54 razas rústicas autóctonas, pero la mayoría de ellas están en peligro de extinción, así que creamos la Fundación Okelan, con la que trabajamos con las asociaciones de ganaderos para ponerlas en valor.
"Creamos la Fundación Okelan para poner en valor las razas rústicas autóctonas y que no desaparezcan"
-¿Qué porcentaje venden en País Vasco y península y cuánto fuera?
-Pues País Vasco y Península aproximadamente acaparan un 95% de nuestras ventas, donde trabajamos con más de 90 distribuidoras, y, de momento, en cuanto a exportación todavía estamos prácticamente vírgenes, así que tenemos muchísimo campo por delante.
-¿Han detectado qué destinos podrían ser claves en esa posible expansión internacional?
-La verdad es que Francia es un mercado que, por cercanía, nos interesa muchísimo y vemos, además, en nuestros primeros pinitos en el país vemos que nuestros productos están teniendo mucho éxito. En Italia también tenemos algunos clientes, sobre todo con carne de razas autóctonas de la Península Ibérica, que tiene muchísima aceptación. Portugal es un mercado en el que vamos a empezar dentro de poco a través de uno de nuestros proveedores e incluso estamos haciendo una primera prospección en Japón.
-¿Y se plantean la opción de Estados Unidos o ahora mismo se trata de un mercado que les genera más incertidumbre que interés?
-Algunos pasos hemos dado allí con nuestras croquetas, que han tenido muchísima aceptación y sí, es un mercado que tenemos presente también, pero como digo no estamos volcados en la internacionalización.
"Francia es un mercado que, por cercanía, nos interesa muchísimo"
-¿Prevén un crecimiento a corto plazo?
-Estamos en una época potente en cuanto a inversiones y crecimiento de personal. Ahora somos un equipo de aproximadamente 180 personas y en enero, con una inversión de 8 millones, abrimos una quinta nave aquí en Zarautz, donde tenemos nuestras instalaciones principales, y estamos contemplando la posibilidad de ampliarlas el próximo año con una nueva nave dentro de este mismo polígono.
-¿Y entre sus planes está la apertura de nuevas tiendas propias?
-Tuvimos que cerrar algunas de nuestras tiendas porque, aunque funcionaban bien, nos encontramos con un problema de captación de talento, ya que, por desgracia, no hay muchos profesionales del sector de la carnicería, y eso es algo en lo que queremos trabajar también desde la fundación. Ahora tenemos cinco carnicerías Otzarreta, que es el nombre con el que empezamos y hace referencia al caserío de mis antepasados, pero estamos replanteándonos ahora abrir nuevos establecimientos.
-¿Bajo qué formato?
-Ahora mismo, una de nuestras palancas de crecimiento va a ser a través de tiendas propias bajo el nombre de Marmarra, un formato en el que, como dice el nombre, que significa "murmullo de las brasas" en euskera, ofrecemos toda lo relacionado con carnes y brasas, donde tenemos hasta carbón o parrillas, pero tratamos de ofrecer una experiencia completa, con un museo sobre las razas de carne para que nuestra marca tenga también un componente divulgativo y formativo. En diciembre abrimos una como prototipo aquí en Zarautz y está funcionando muy bien.
"Tuvimos que cerrar algunas de nuestras tiendas por falta de profesionales"
-¿Y piensan seguir impulsando el modelo de franquicia?
-Con nuestra franquicia de Croqueta y Presumida, que tuvo un éxito abrumador, se mantienen en la actualidad una decena. Aunque es un modelo de crecimiento muy rápido, hemos decidido no seguir en esa línea.