
Muchas veces podemos tener un tesoro en nuestras manos y no ser conscientes de ello, sobre todo si es algo tan común y rutinario como una moneda. Y es que descubrir que entre tanta calderilla hay algo que vale casi 80 millones de euros puede cambiarnos la vida de la noche a la mañana, por eso es muy importante revisar las monedas antiguas, ya sean euros, pesetas o centavos.
Y es precisamente esta última, una moneda de un centavo, la que está valorado en 88 millones de dólares por su rareza y error de acuñación, según los expertos y coleccionistas de numismática. En concreto se trata de un centavo raro de Abraham Lincoln que se produjo en 1943 y del que tan solo existen, se estima, entre 15 y 20 ejemplares.
Más caro que una mansión
El conocido como 'Lincoln Wheat Penny' o el centavo de trigo de Lincoln se puso en circulación en 1909 a modo de conmemoración del primer centenario del nacimiento del decimosexto presidente de los Estados Unidos, Abraham Lincoln, famoso por su papel en la abolición de la esclavitud, que fue asesinado en 1865.
En esta moneda, por un lado aparece su rostro de perfil, mientras que por el otro hay dos tallos de trigo con las palabras 'one cent' y 'United States of America', diseño que le ganó su reconocimiento como el centavo de trigo. Se estuvo distribuyendo hasta 1958, durante casi cinco décadas, hasta que se sustituyeron las espigas de trigo por el monumento a Lincoln. Podría parecer entonces que esta moneda no tiene nada de especial, dado que estuvo mucho tiempo en circulación, pero un error 'bélico' de 1943 es lo que la ha convertido en uno de los ejemplares más codiciados por coleccionistas.

Cabe mencionar que esta moneda marcó un hito importante en la historia estadounidense, dado que fue la primera que representaba a una persona real en lugar de a una figura simbólica, como la Estatua de la Libertad.
El error del millón
Durante la II Guerra Mundial el cobre (material que se utilizaba para las monedas) era muy codiciado, ya que se empleaba para la producción de equipo militar, casquillos de bala y cables telefónicos. Entonces, para conservar este valioso metal el gobierno estadounidense ordenó producir los centavos de 1943 con acero recubierto de zinc en lugar de con cobre.
Sin embargo, un error en la producción hizo que un pequeño número de discos de cobre sin acuñar del año anterior permanecieron en las presas, por lo que en lugar de fabricarlos con el nuevo material, se crearon una serie de centavos de cobre que nunca deberían haber existido. Aquí reside su excentricidad y valor. Al tratarse de una moneda que debería estar hecha de acero recubierto de zinc en lugar de cobre, el error se subsanó rápidamente y se estima que tan solo existen entre 15 y 20 ejemplares, de ahí su valor.
El ejemplar más caro de este centavo de cobre de 1943 se vendió en una subasta en 2010 por 1,7 millones de dólares a una casa de monedas de Nueva Jersey. Otros se han vendido por entre 204.000 y 336.000 dólares en subastas públicas en los últimos años, aunque por su rareza muchos experto numismáticos creen que puede llegar a valer hasta 88 millones de dólares si está en perfectas condiciones, sin desgastes ni arañazos, algo difícil (aunque no imposible, dado que se trata de una cifra especulativa) para una moneda de más de 80 años.
Es más que probable que esta moneda siga en circulación hoy en día y que su propietario ni siquiera sea consciente de que tiene una fortuna entre manos, dado que para una persona normal es fácil confundir los centavos valiosos con los comunes. Otra posibilidad es que esté en colecciones antiguas, alcancías olvidadas o herencias familiares.
Revisa tus pesetas
Y no solo son los centavos los que tienen un valor millonario, también lo tienen ciertas pesetas. Una de las más valiosas es una moneda de 100 pesetas que se puso en circulación en 2870 durante el Gobierno provisional que surgió tras la caída de Isabel II. De 36 milímetros de diámetro y 32,25 gramos de oro, en el anverso de este ejemplar encontramos una efigie, mientras que en el reverso se observa el escudo oficial de la monarquía, una moneda que se puede vender hasta por 150.000 euros.
Pero hay algunas que pueden valer hasta 250.000 euros, como la moneda de una peseta de 1937, la primera de este valor que no está hecha de un material precioso, sino de latón, y conocida como 'la peseta de las uvas'.