El mundo ya conoce al nuevo Papa y se abre un nuevo capítulo en la historia de la Iglesia Católica. Desde que sale al balcón, el interés no solo recae en quién es la figura que se oculta tras el cardenal protodiácono, sino también cuál será el nombre que escogerá para iniciar su papado. Robert Francis Prevost ha elegido adoptar el nombre de León XIV pero, ¿cuál ha sido el motivo y su significado?
Figura clave en la historia de la Iglesia
Aunque es cierto que el nuevo Papa nunca han estado obligados a seguir patrones, es habitual que la elección conecte con referentes en la historia de la Iglesia Católica. En esta ocasión, el nuevo Papa ha elegido un nombre que nos transporta a los inicios, concretamente hasta una de las figuras más influyentes del cristianismo: León I, también conocido como León Magno. Su papado, entre los años 440 y 461, ha sido recordado por su posición firme, su defensa de la fe cristiana y por su papel decisivo durante algunos de los momentos críticos que vivió Roma. Es más, según relatan algunas crónicas, fue él quien logró frenar la invasión de Atila el Huno.
Durante su pontificado, León I consolidó el poder del papado como una figura de autoridad suprema dentro del cristianismo, huella que sigue estando presente a día de hoy.
Símbolo de fortaleza y protección de la Iglesia
El nombre que adopta un Papa nunca es una decisión trivial, sino que siempre va cargada de simbolismo y referencias. La elección de Prevost del nombre de León podría ser una referencia precisamente a todas aquellas cualidades que representaban al antiguo Papa: firmeza, liderazgo fuerte, defensa de la fe y protección de la Iglesia. También, podría decirse que hace referencia a la figura de San León Magno, como modelo de fortaleza y su capacidad para enfrentar desafíos.
Dentro de la simbología cristiana, el león es un animal asociado a la vigilancia, por lo que podría interpretarse la figura del Papa como un guardián de la fe. Asimismo, es posible que también encontremos una motivación personal del nuevo pontífice en el nombre, quizás su voluntad para ejercer un papado valiente y protector en los tiempos convulsos que vivimos.
