
12.33 horas. Lunes 28 de abril. 2025. Unas cifras que millones de españoles y españolas jamás olvidarán de su cabeza. Y es que se producía un apagón eléctrico histórico y sin precedentes que duraría bastantes horas, más concretamente hasta que Red Eléctrica consiguió retomar el suministro y devolver la luz, las telecomunicaciones y la red de internet a la Península.
Situación nacional
Por un periodo de tiempo considerable, reinó el caos en las calles, con multitud de personas hablando con desconocidos y escuchando la radio para saber exactamente lo que pasaba. Los supermercados, gracias a generadores, sí que pudieron funcionar para dar comida y bebida a la población.
Algo que no sucedería en los pequeños comercios, que se vieron obligados a cerrar. La situación no era mucho mejor en los servicios como las líneas de tren o el metro, donde grandes cantidades de personas se quedaron atrapadas y tuvieron que aguantar durante horas encerrados e incomunicados.
Sin nada oficial
A pesar de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha insistido de manera pública -a través de una rueda de prensa- en que ninguna hipótesis es descartable y que exigirá las responsabilidades pertinentes tras las investigaciones, la realidad es que Red Eléctrica sí ha descartado que el corte de un suministro se deba a un ciberataque.
Ante este panorama, son muchos los que se preguntan cuál será la fecha del próximo gran apagón a nivel mundial. Pues bien, según la inteligencia artificial podría ocurrir en pocos meses: el viernes 25 de julio. Ahora bien, es una hipótesis que se ha construido basada en modelos de riesgo y comportamientos pasados.
A tener en cuenta
"Según una estimación especulativa basada en los patrones históricos, vulnerabilidades conocidas y factores climáticos, la próxima gran posibilidad de apagón eléctrico a nivel mundial podría ocurrir el viernes 25 de julio de 2025", ha reflejado de modo llamativo ChatGpt.
¿La explicación? Está clara: es pleno verano en el hemisferio norte, cuando hay picos de demanda energética; hay un riesgo mayor de incendios, tormentas solares y olas de calor que afectan infraestructuras eléctricas y la red eléctrica global está cada vez más interconectada. Y un fallo regional puede escalara rápidamente, claro está.
