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El pigargo europeo, el superdepredador reintroducido en el Cantábrico que ahora genera rechazo

Un ejemplar de pigargo europeo volando | Foto: GREFA

Hace ahora cuatro años, en 2021, el Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA) puso en marcha el 'Proyecto Pigargo', una iniciativa que nace de la colaboración técnica y económica con el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico para la "reintroducción de las especies de flora y fauna autóctonas extinguida". Sin embargo, esta idea no ha estado exenta de polémica: sus detractores, biólogos y ecologistas, no encuentran sentido a que se pretenda reintroducir una especie de la que no hay pruebas de que haya vivido en España, mucho menos en Asturias, donde se soltaron los primeros ejemplares procedentes de Noruega. Todavía a día de hoy el proyecto continúa generando rechazo.

Este animal, que responde al nombre científico de Haliaeetus albicilla, es de las aves rapaces más grandes de Europa y se alimenta principalmente de peces, aves y pequeños mamíferos. Su población se empezó a reducir especialmente a partir del siglo XIX por ser considerado una amenaza para la caza y la pérdida de su hábitat.

Naturalmente habitan zonas de Rusia, Noruega, Suecia, Polonia, Hungría y algunas zonas de Alemania. Aunque desde GREFA defienden que existen pruebas de la presencia de este animal en nuestro país, hay quienes se muestran escépticos con esta afirmación, llegando incluso a afirmar que supone una amenaza a la fauna local de Asturias.

La situación actual: amenaza para las especies locales

Ya en marzo del año pasado varios representantes de los gobiernos asturianos y cántabros retiraron su apoyo al proyecto, exigiendo incluso la retirada de las aves liberadas hasta el momento al no considerarse viable la introducción de la especie.

Todo esto viene motivado porque el pigargo europeo está considerado como un superdepredador de peces, aves y pequeños mamíferos, lo que podría entrar en conflicto con especies ya protegidas en la cordillera cantábrica por estar en peligro de extinción por competencia directa.

Desde GREFA denuncian que este proyecto está siendo sometido a una "estrategia de acoso y derribo" que utiliza "noticias falsas" y relatos "sensacionalistas" para frenarlo, y no entienden por qué, dado que defienden su existencia histórica en España y han demostrado que los resultados de la iniciativa están siendo fructíferos.

En este sentido, desde la organización han confirmado que la adaptación del pigargo a la cordillera cantábrica está siendo todo un éxito, comparables a los que están obteniendo otros países. De hecho, en septiembre del año pasado ya comprobaron que había tres parejas formadas que podrían empezar a reproducirse a partir de este año, lo que invita al optimismo. Aún así, la liberación de nuevos ejemplares se encuentra suspendida hasta nuevo aviso después de que el Principado de Asturias retirase su apoyo al proyecto en 2023.

En España, ¿sí o no?

Biólogos denuncian que no existe evidencia de la presencia del pigargo europeo en España, aunque desde GREFA resaltan que lo ha estado "durante más de 1,3 millones de años y hasta tiempos históricos, como demuestra la gran cantidad de yacimientos con sus restos repartidos por toda la Península Ibérica, Baleares y Canarias", añadiendo que los más recientes que se han encontrado datan de los años 400 y 800 a.C., "cuando la fauna era la misma que la actual".

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