El lado más desconocido de Jorge Mario Bergoglio antes de ser Papa: pasión por el fútbol, estudios de química, bailador de tango y otros datos curiosos

¿En qué coinciden un apasionado del fútbol, un amante del tango y el líder de 1.300 millones de católicos? En Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, que desde su elección el 13 de marzo de 2013 rompió con la formalidad tradicional de la Santa Sede. Su estilo, cercano y humilde, conquistó a millones de fieles y no tan fieles, convirtiendo gestos cotidianos en mensajes de sencillez y cercanía.

Pese a lucir la sotana y el solideo, detrás de su figura solemne se oculta un hombre con pasiones muy terrenales: el fútbol argentino, el tango de Buenos Aires, la poesía y hasta la cocina casera.

Además, su formación en química y su capacidad para mezclar fe y ciencia le dan un perfil único entre los pontífices. A continuación, repasamos diez facetas sorprendentes y desconocidas del Papa Francisco.

1. Un nombre con un mensaje claro

Al elegir llamarse Francisco, Bergoglio rindió homenaje a San Francisco de Asís, ejemplo de humildad y defensor de los pobres y del medio ambiente. Con ese gesto quiso alejarse del lujo vaticano y comprometerse con la "casa común" (el planeta) y con quienes más sufren.

2. Su primer viaje… en vuelo comercial

Para la Jornada Mundial de la Juventud de 2013 en Brasil, renunció al avión papal y voló en un vuelo comercial. Se sentó junto a periodistas y peregrinos, dejando patente que su cercanía no conocía protocolos ni privilegios.

3. De la química al altar

Antes de ordenarse sacerdote, estudió Química en la Universidad de Buenos Aires tras pasar por el Colegio Militar de la Nación. Aunque luego cambió drásticamente de rumbo, aquel rigor científico marcó su forma de analizar problemas y buscar soluciones prácticas.

4. Hincha de San Lorenzo

Pocos pontífices confiesan sus aficiones deportivas, pero Francisco lo hacía sin problema alguno. Su corazón está con el San Lorenzo de Almagro, y en alguna audiencia incluso apareció con la camiseta del club para recordar que el fútbol es "una gran pasión".

5. Bailador de tango

No era un bailarín profesional, pero de joven disfrutaba del tango en las milongas de Buenos Aires. Su cariño por Gardel y por los compases porteños ha quedado de manifiesto en varias ocasiones, acercando un icono argentino a los corazones de todo el mundo.

6. Prescindía de móviles y relojes

En plena era digital, no utilizaba teléfono personal ni reloj, y evitaba redes sociales. Aun así, su cuenta oficial en X (anteriormente conocida como Twitter) acumula millones de seguidores. Su conexión con la gente no pasaba por las pantallas, sino por el trato directo en plazas y audiencias.

7. Vivir en Santa Marta

En lugar del Palacio Apostólico, eligió la modesta Casa de Santa Marta, donde compartió pasillos con cardenales y colaboradores. Es un símbolo más de su rechazo a la opulencia y de su decisión de pasar inadvertido tras gestos de humildad.

8. Poeta y lector empedernido

Entre sus lecturas favoritas están el Martín Fierro y Las flores del mal de Baudelaire. Para él, la poesía no era un pasatiempo: era una vía para acercarse a los misterios del alma y encontrar consuelo en el silencio de las letras.

9. Una historia culinaria

Cuando su madre enfermó, se puso al mando de los fogones familiares, preparando platos básicos y, sobre todo, pizza casera. Con humor confesaba que, aunque no era un chef, jamás "envenenó" a nadie, y que el aroma de la pizza era una de sus pequeñas alegrías.

10. Actuar en la sombra durante la dictadura

En la época de dictadura militar argentina (1976 a 1983), Bergoglio fue acusado de no alzar la voz públicamente, pero él defiende que trabajó en la sombra para proteger y esconder a perseguidos. Asegura que su discreción salvó vidas sin buscar reconocimiento alguno.

Con estos rasgos, el Papa Francisco convirtió su pontificado en un ejercicio de cercanía, austeridad y realismo, uniendo tradición y modernidad con fe y aspectos cotidianos. Su historia demuestra que, más allá del Vaticano, un hombre sencillo puede cambiar la imagen de la Iglesia.