La Policía Nacional ha desarticulado una organización criminal en Zaragoza dedicada a la inmigración ilegal de ciudadanos argelinos. Las principales tareas se basaban en presentar empadronamientos, contratos de trabajo, cursos de formación fraudulentos o falsos matrimonios con los que solicitaban permisos de residencia temporal por circunstancias excepcionales, según informa la Policía Nacional.
Los migrantes llegaban a España en patera desde Argelia y eran alojados en un zulo ubicado en Zaragoza, donde vivían en condiciones infrahumanas. Este presunto grupo ilegal les facilitaba un "pack" de regularización completa que tenía un coste de entre 10.000 y 15.000 euros. En total hay 30 detenidos, la mayoría en Zaragoza, aunque también uno en Huesca y otro en San Sebastián. De estos, 6 ya han entrado en prisión y también se ha llevado a cabo la incautación de gran cantidad de documentos falsos.
La investigación se inició tras ser detectado un incremento inusual de solicitudes de autorizaciones de residencia temporal por circunstancias excepcionales de ciudadanos argelinos y en las que se habían presentado diferentes documentos falsos para la tramitación de las mismas. Gracias a estos indicios, se descubrió toda una red criminal internacional, con integrantes coordinados en diferentes jerarquías.
Ramificaciones en otras provincias
Los líderes fueron identificados en Zaragoza, pero tenían ramificaciones en Alicante, Murcia, Huesca y Guipúzcoa, así como una amplia red de colaboradores intermediarios, que facilitaban la realización de empadronamientos fraudulentos y formalizaban contratos de trabajo falsos, lo que les permitía reunir los requisitos para las autorizaciones de residencia temporal.
También contaban con colaboradores en Francia, que proporcionaban clientes asentados en dicho país, a los que se les daba este tipo de "servicios" sin necesidad de moverse del territorio francés. Cada integrante llevaba a cabo una labor concreta, tanto en la búsqueda de clientes, como los domicilios donde empadronar, hasta los contratos de trabajo o parejas con las que realizar las uniones civiles fraudulentas. Los precios iban desde los 200 euros por el transporte de documentación hasta los 10.000 por un contrato fraudulento.
Alojados en condiciones infrahumanas
Los empadronamientos se realizaban consiguiendo individuos que se parecían físicamente a las personas a empadronar, sin la necesidad de que la persona se encontrara realmente en el municipio del domicilio de empadronamiento o, incluso, en territorio español.
La organización criminal contaba con nexos de unión directos con la llegada de pateras a las costas españolas desde Argelia, siendo una fuente directa de "clientes-migrantes". Al ser plenos conocedores de que a su llegada se iniciarían los trámites para su regularización, los migrantes facilitaban sus pasaportes originales de Argelia. Una vez en España, eran alojados en condiciones infrahumanas, donde vivían a la espera del inicio de sus trámites.