RTVE ha adquirido los derechos de emisión del Mundial de Fútbol 2026, que se disputará en Estados Unidos, por 55 millones de euros, una cifra que, según fuentes del sector, prácticamente duplica el precio de mercado. La Corporación compartirá además la emisión de los partidos con Mediapro, que tendrá la posibilidad de crear un canal propio para vender los derechos a plataformas de streaming y televisión de pago.
El concurso para adjudicar los derechos finalizó el pasado 18 de febrero, y RTVE logró imponerse gracias a su oferta económica, la más alta entre los licitadores, superando a los operadores privados con una diferencia "abismal" respecto de las otras ofertas, según las fuentes consultadas por El Economista. Esta adquisición se suma a una estrategia agresiva de compra de derechos deportivos que ha llevado a RTVE a comprometer más de 360 millones de euros en contratos que se extienden hasta 2032.
RTVE ha conseguido reforzar su posición como el principal canal de retransmisión deportiva en abierto en España. La apuesta por el deporte ha maquillado las audiencias de La 1, que "paga sobreprecios" y que, según sus competidores, están "muy por encima del mercado" pero que se realizan con presupuestos que proceden de fondos públicos. El pasado ejercicio RTVE costó alrededor de 1.300 millones de euros. Por supuesto, con este "crédito ilimitado para compras" se ha convertido en líder en varias ocasiones, como ocurrió con la Eurocopa y los Juegos Olímpicos de París. Sin embargo, este modelo de negocio tiene un alto coste, ya que, a diferencia de las televisiones privadas, RTVE no genera apenas ingresos publicitarios directos con estas retransmisiones, y apenas suma unas cifras residuales con patrocinios.
Según confirman fuentes de la propia corporación pública citadas por El Mundo, "los costes de adquirir estos derechos son enormes" y, además, la participación de RTVE en estas licitaciones "impide que las televisiones privadas puedan competir en igualdad de condiciones", ya que no pueden igualar las ofertas económicas de la televisión pública y mantener modelos de negocio coherentes cuando RTVE maneja dinero público.
El respaldo financiero del Gobierno
Para hacer frente a estos elevados costes, RTVE cuenta con un importante respaldo financiero del Gobierno. En 2023, la corporación recibió una financiación extraordinaria de 100 millones de euros para cubrir los gastos de la Eurocopa de Alemania y los Juegos Olímpicos de París. Estas inyecciones de dinero público permiten a RTVE continuar con su estrategia de adquisición de derechos deportivos, pero generan debate sobre la sostenibilidad económica del modelo y la conveniencia de destinar estos fondos a la emisión de eventos sin retorno financiero directo y que, por otra parte, llegarían igualmente a audiencias masivas.
Un gasto millonario en derechos deportivos
El Mundial de Fútbol 2026 es solo una parte de la ambiciosa inversión de RTVE en derechos deportivos, una estrategia que se parapeta bajo la excusa de servicio público pero que en realidad disfraza con estas carísimas inyecciones de audiencias, los fracasos de otros programas que no logran cuotas de pantalla competitivas.
Entre los contratos más destacados, se encuentran:
- Eurocopa 2028 (Reino Unido e Irlanda) – 50 millones de euros
- Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, Brisbane 2032, y los Juegos Olímpicos de Invierno de 2026 y 2030 – 112 millones de euros
- Selección Española de Fútbol (2026-2028) – 60 millones de euros (incluye 20 partidos de la selección y 20 de otras selecciones en la Nations League)
- Tour de Francia (2026-2030) – 20,6 millones de euros
- Finales de la Champions League (2025-2027) – 7,5 millones de euros
- Copa del Rey (2024-2025) – 14,8 millones de euros
- Resúmenes de La Liga (2025) – 2,5 millones de euros
- Competiciones de la FIBA (2025-2029) – 4,6 millones de euros
- Otros derechos deportivos (La Vuelta, ciclismo UCI, selecciones femeninas de fútbol, balonmano, atletismo, etc.) – 25 millones de euros
A estos gastos se suman los costes de producción, desplazamientos y coberturas, lo que incrementa aún más la inversión total en deporte.
¿Un modelo sostenible o una apuesta arriesgada?
Si bien la estrategia de RTVE ha demostrado ser efectiva en términos de audiencia ocasional, que no fideliza una vez acabado el torneo, la falta de ingresos publicitarios plantea dudas sobre su viabilidad a largo plazo. La fuerte inversión en derechos deportivos ha convertido a la corporación en el principal referente del deporte en televisado pero también ha generado críticas sobre el uso de fondos públicos para competir con operadores privados.
Con el Mundial de 2026 en el horizonte y un calendario repleto de eventos deportivos de primer nivel, RTVE deberá justificar si este modelo es sostenible o si, por el contrario, supone una carga excesiva para las arcas públicas al servicio de José Pablo López para que el presidente de RTVE pueda presumir de buenos datos cuando en realidad son gracias a este dopaje subvencionado.