
La Comisión Europea (CE) ha anunciado este lunes que está llevando a cabo inspecciones sin previo aviso en empresas del sector de las bebidas no alcohólicas en varios países del bloque comunitario. Bruselas sospecha que algunas de estas sociedades podría haber vulnerado las normas antimonopolio de la Unión Europea y de hecho ya ha enviado una solicitud formal de información a una empresa activa en el sector del cuidado personal.
El Ejecutivo europeo teme que las empresas en cuestión hayan infringido la normativa antimonopolio que prohíbe en concreto los carteles, las prácticas restrictivas y los abusos de posición dominante. La Comisión de hecho investigó hace apenas dos años a Coca-Cola por posibles prácticas que infligían la libre competencia, aunque finalmente concluyó que no había motivos suficientes para continuar con la investigación.
Ahora, sin embargo, la Comisión vuelve a investigar estas posibles conductas que restringen el comercio de bienes en el mercado único y la segmentación del mercado. Pese a que las inspecciones sin previo aviso constituyen un paso preliminar en la investigación sobre presuntas prácticas anticompetitivas, no implica que las empresas hayan actuado de tal manera. De hecho, la Comisión invita a las entidades a dar su propia versión de los indicios que podrían conllevar una sanción.
El Ejecutivo europeo ya ha solicitado información a algunas empresas que podrían estar llevando a cabo prácticas abusivas. Información que por ley las entidades están obligadas a proporcionar en un periodo de tiempo concreto, pero que, en caso de prestar una colaboración, pueden verse beneficiadas en el proceso de sanción. Sin embargo, según la Comisión, no existe un plazo legal para completar las investigaciones sobre conductas contrarias a la competencia y su duración depende además de una serie de factores, como la complejidad de cada caso, el grado de cooperación de las empresas con la Comisión y el ejercicio de los derechos de defensa.