
Una de las tendencias que ha surgido en la era poscovid y en el teletrabajo es el de trabajar de forma remota en bares o cafeterías por tiempo ilimitado. Una práctica que antes de la pandemia resultaba normal y no "abusiva" como lo es ahora y que ha sido objeto de crítica desde la hostelería por lo que representa el gasto para sus negocios.
Cada vez son más los establecimientos que se ven obligados a establecer restricciones para evitar que sus mesas se conviertan en "oficinas portátiles", ocupadas durante horas por clientes que solo consumen un café o dos. Esta situación ha llevado a muchos locales a poner en pie de guerra sus políticas de admisión.
A modo de ejemplo, Confilegal rescata un mensaje que refleja este fenómeno: "Un conocido café de Madrid ha colocado un cartel que prohíbe la estancia con ordenadores y la realización de reuniones de trabajo de lunes a viernes entre las 9:30 y las 13 horas". Este tipo de advertencias se están volviendo comunes en las grandes ciudades, donde los propietarios buscan equilibrar el consumo con la necesidad de rotación de mesas. La prohibición no solo responde a un deseo de mantener un flujo constante de clientes, sino también a la necesidad de "proteger el modelo de negocio".
Desde un punto de vista legal, esta prohibición es completamente válida. Ignacio Palomar Ruiz, socio director de Servilegal Abogados, explica al medio que los bares y cafeterías tienen "derecho a establecer sus propias normas de admisión". Esto significa que pueden limitar el uso de sus instalaciones para el teletrabajo, siempre que lo hagan de manera "clara y no discriminatoria". Según Palomar, este enfoque es similar a las restricciones que se aplican en otros establecimientos, como discotecas y clubes.
El derecho de admisión, sin embargo, debe estar respaldado por criterios objetivos y comunicarse adecuadamente a los clientes. En algunos casos, los locales pueden ser flexibles y permitir el uso de ordenadores durante horas menos concurridas, pero no se puede esperar que un cliente consuma un solo café y se quede todo el día. La falta de rotación de mesas puede afectar gravemente la viabilidad económica de un establecimiento, especialmente en zonas donde el alquiler es elevado.
Los bares y cafés no responden a los estándares ergonómicos y de seguridad para un trabajador
El debate también se extiende a la idoneidad de las cafeterías como lugares de trabajo. Francisco Trujillo, profesor titular de Derecho del Trabajo, señala desde su cuenta de Linkedin que estos espacios no están diseñados para cumplir con los estándares ergonómicos y de seguridad que requieren los trabajadores de oficina. Trabajar durante horas en un ambiente no adecuado puede ir en contra de las normas de prevención de riesgos laborales, lo que plantea un nuevo conjunto de preocupaciones para los teletrabajadores.
"El teletrabajo puede llevarse a cabo en diversos lugares, siempre que se cumplan las condiciones necesarias para realizar las tareas laborales de manera efectiva. Además del domicilio, el teletrabajo puede llevarse a cabo en otros lugares elegidos por el trabajador, como espacios de coworking o incluso cafeterías. Sea como sea es importante que el lugar de teletrabajo esté contemplado en el acuerdo individual de trabajo a distancia y cumpla con las condiciones establecidas en la normativa. En cuanto a las cafeterías, aunque no existe una prohibición expresa, trabajar desde una cafetería puede plantear problemas. Por lo tanto, si se opta por teletrabajar en una cafetería, se deben asegurar las condiciones para que el trabajo se pueda desarrollar de manera efectiva y segura", especifica el experto desde la red social.
Aunque las cafeterías tienen el derecho de limitar el uso de dispositivos electrónicos, este derecho debe ser ejercido de manera justa. La abogada Laura Sierra, de Legálitas, aclara en Consumidor Global que el derecho de admisión "no especifica la prohibición de trabajar con un ordenador portátil, siempre que no se trate de una restricción arbitraria. En caso de conflicto, los clientes tienen la opción de presentar reclamaciones ante las autoridades pertinentes".
Las medidas al alcance de un hostelero
Una publicación de Cadena Ser, revela que en ciudades como Valencia, algunos locales han tomado medidas más drásticas, como desactivar la conexión Wi-Fi o retirar la corriente de los enchufes, especialmente en horas de mayor afluencia. La Federación Empresarial de Hostelería de Valencia ha reconocido que estas restricciones son más comunes de lo que se podría pensar, aunque no son generalizadas. La comunicación clara de las normas es fundamental para evitar malentendidos entre clientes y propietarios.
Manuel Espinar, presidente de la mencionada federación, cuenta a la emisora radial que estas medidas son comprensibles, dado el alto costo de los alquileres comerciales. Los propietarios necesitan asegurar una rotación adecuada para mantener la rentabilidad del negocio. Por lo tanto, es crucial que los clientes sean conscientes de que las cafeterías no son espacios de coworking, y que deben ser respetuosos con el tiempo que ocupan las mesas.