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La compañía noruega Erimsa retoma su proyecto de mina de cuarzo en Segovia tras reducir su superficie un 75%

  • Ocupará 434 hectáreas frente a las 1 692 previstas inicialmente
  • La empresa asegura que cumplirá todas las exigencias medioambientales
Presentación de la mina de cuarzo de Segovia
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El director general de Erimsa, José Antonio Valencia, ha presentado hoy en Segovia el proyecto para la extracción sostenible de gravas de cuarzo en las localidades de Castillejo de Mesleón, Barbolla y Sotillo. La iniciativa, inicialmente planteada para una extensión de 1.692 hectáreas, ha sido acotada a 434 hectáreas una vez estudiadas todas las alegaciones al proyecto.

El objetivo de esta iniciativa es obtener cuarzo, del que posteriormente se obtiene silicio, una materia prima que la Unión Europea considera estratégica por sus aplicaciones en los procesos de transición ecológica hacia energías más verdes, caso de la producción de energía solar y eólica, y por contribuir a estimular la innovación también en otros campos como el de la movilidad eléctrica, las comunicaciones digitales, la salud o la creación de entornos urbanos inteligentes y sostenibles. El proyecto, que salió a información pública a principios del año 2023, fue objeto de rechazo vecinal, lo que llevó a la compañía a modificarlo.

El máximo responsable de Erimsa detalló que el proyecto del nordeste segoviano "supondrá un impulso a la economía y al empleo de la zona, como ya sucede en la provincia de Salamanca, donde un proyecto similar convive perfectamente con la población, los propietarios de terrenos,los agricultores y los ganaderos". Junto al centro de producción de Salamanca, ubicado en la localidad charra de Bóveda del Río Almar, Erimsa cuenta con otros proyectos en Begonte (Lugo), Frades (A Coruña) y Castillo (Pontevedra). Todos contribuyen a revitalizar los entornos rurales sobre los que se asientan.

José Antonio Valencia precisó que Erimsa "trabaja bajo la supervisión de las diferentes administraciones públicas y cumple escrupulosamente la exigente legislación vigente en materia medioambiental, de seguridad y salud, pues respeta todas las medidas de protección y prevención del medioambiente respecto a ríos, núcleos de población, espacios Red Natura 2000y los elementos que forman parte del patrimonio cultural del entorno".

Además del director general de Erimsa también han comparecido en rueda de prensa Felipe Macías, catedrático de Edafología de la Universidad de Santiago de Compostela; Juan Carlos Álvarez, director técnico de la instalación; Eduardo de la Orden, ingeniero técnico de Minas, y el geólogo Isidro Ibáñez. Todos han ido profundizando en diferentes aspectos de esta iniciativa empresarial y sus procesos, además de aclarar dudas y consultas en torno al proyecto.

Erimsa opera en Galicia desde hace cuatro décadas y en Salamanca desde hace 25 años. A lo largo de este tiempo son más de 700 las hectáreas trabajadas y 800 los propietarios que han validado la restauración exitosa de sus terrenos. Su método de cribado, similar al tradicional realizado en el sector agrícola de Castilla y León, garantiza la continuidad de la actividad agroganadera, pues preserva las propiedades del terreno al tratarse de una extracción no invasiva que separa el mineral de la capa vegetal, lo criba a dos metros de profundidad y restaura, de forma simultánea, la tierra removida.

Con el objetivo de controlar la concentración de polvo en suspensión, Erimsa se somete, además, a mediciones periódicas realizadas por empresas externas, cuyos resultados están muy por debajo de los límites legales. Por todo ello, la compañía acredita las normas ISO 45001(seguridad) e ISO 14001 (gestión ambiental) y ha recibido en dos ocasiones el Premio Europeo ala excelencia en la categoría 'buenas prácticas medioambientales'.

En régimen de alquiler

Erimsa trabaja exclusivamente en régimen de alquiler, por lo que devuelve los terrenos que utiliza en las condiciones y plazos pactados y restaurados de forma integral pues, tras la extracción del cuarzo, se rellena el hueco con material cribado, se nivela el suelo y se restituye la capa vegetal. Esto permite retomar las actividades agrícolas y/o ganaderas incluso con mayor productividad y rentabilidad. De forma paralela, los trabajos de Erimsa están sometidos a una estricta supervisión arqueológica e hidrológica dado que, antes del inicio de los trabajos, lleva a cabo prospecciones previas y controles periódicos autorizados por la Junta de Castilla y León, además de monitorizarlos acuíferos de su entorno.

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