María Jesús Montero ha presentado en Sevilla su candidatura a la secretaría general del PSOE de Andalucía haciendo un llamamiento encendido a la unidad del partido para ganar las próximas elecciones autonómicas (previsiblemente en 2026). "Quiero que todas y todos estemos comprometidos con un partido socialista fuerte, unido, cohesionado, con proyecto, con ideas, en el que todo el mundo es imprescindible", ha afirmado. Ante unas 500 militantes que han abarrotado el salón de un hotel elegido para la presentación, Montero ha animado "a todas las personas progresistas" a sumarse a un proyecto que sea "una barrera" para ese "clima internacional que viene. No pasarán, no pasarán".
Montero no ha hecho mención en su intervención a que compaginará la carrera electoral en Andalucía con sus responsabilidades como vicepresidenta y ministra de Hacienda, aunque fuentes de su entorno indicaron a Europa Press que trabaja intensamente en los presupuestos y que espera que la financiación autonómica y el cupo catalán no la penalice. Tampoco desveló los nombres de las personas con las que conformará su equipo.
Reivindicación del pasado
Centrada en suturar heridas internas , ha agradecido públicamente su trabajo a "nuestro secretario general, Juan Espadas", y ha reivindicado a "todos los presidentes socialistas de la Junta", con mención expresa al calvario judicial del caso ERE. En el auditorio, además de Espadas en un lugar destacado, secretarios generales y representantes de varias provincias y prácticamente todo el grupo parlamentario autonómico, alcaldes y cargos públicos de toda Andalucía. Incluso algunos de los ahora considerados críticos.
Montero ha aprovechado para criticar duramente al PP y al actual presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, en sanidad, vivienda o formación profesional: "Que dejen de confrontar y apropiarse de los méritos del Gobierno de España, que está mejorando la vida de la gente a pesar del ruido, de las noticias falsas, de las denuncias en los tribunales ¿Aquí nos van a enseñar a lo que son denuncias falsas? Al final se ha sabido que intentaron desalojar a los socialistas con noticias falsas, con fallos de tribunales que propiciaron mucho sufrimiento".
Emoción
La ministra no ha ocultado que vive estos momentos "con un nudo en la garganta en el momento político más especial de mi vida, en mi tierra, en Andalucía", a la que "no vuelvo porque nunca me marché, siempre estuve aquí y siempre trabajé para Andalucía". Insistiendo en que da el paso adelante para liderar el partido porque "me duele Andalucía".
Y ha remarcado constantemente en su discurso la unidad en torno a su proyecto. "O cada uno aporta su parte o no será. Vamos a conseguirlo. Vengo a ganar. Venimos a ganar. Vamos a ganar".
El proceso
Formalmente, lo que ha anunciado Montero es su precandidatura. Ahora debe reunir unos 5.000 avales (el 12% del censo) para ser oficialmente candidata a las primarias, en el proceso que culminará con el congreso de Armilla en febrero.
Está aún por decidir si a las primarias llega María Jesús Montero en solitario o si tendrá que competir con Luis Ángel Hierro, que ya ha oficializado su precandidatura y está reuniendo avales. Hierro ya se presentó en el proceso anterior contra Susana Díaz y Juan Espadas.
Inyección de moral
El acto, al ritmo de 'Andalucía' de Medina Azahara, se ha celebrado en un ambiente de franco optimismo, después de años en los que las diferencias internas se han venido lavando en público con fricciones importantes y las derrotas electorales en elecciones autonómicas, generales, municipales y europeas se han sucedido una detrás de otra.
Además del papel destacado de Espadas -"ayer y hoy le está haciendo de jefe de campaña", comentaban fuentes del partido- también se celebraban las palabras de Susana Díaz, que en un programa de televisión donde acude habitualmente como tertuliana consideró "arriesgada y valiente" la candidatura Montero en un partido que necesita "una tarea ingente para su reconstrucción". Y frente a Juanma Moreno, que gobierna con mayoría absoluta y al que apenas se le detecta desgaste en las encuestas.