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El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas se hunde en números rojos: suma pérdidas de 36 millones desde 2011

María Blasco, directora general del CNIO

El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) se hunde en números rojos. Desde la llegada a la dirección general de María Blasco en junio de 2011, el organismo suma perdidas año tras año con un resultado negativo acumulado que supera ya los 36,3 millones de euros. El centro, que fue creado en 1998 por el Instituto de Salud Carlos III -está adscrito actualmente al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades- estuvo dirigido desde entonces y hasta 2011 por Mariano Barbacid, doctor en Ciencias Químicas y uno de los investigadores españoles de mayor proyección internacional. Hasta su retirada su situación estaba completamente saneada, llegando a tener un superávit de 2,55 millones de euros en 2009.

Tras la llegada de Blasco, sin embargo, las pérdidas se multiplicaron, pasando de unos números rojos de 139.000 euros en 2010, junto antes de su llegada, a un resultado negativo de 1,9 millones en 2011, tras su nombramiento; 4,8 millones al año siguiente, en 2012 y casi 5 millones de euros en 2013. En 2023, el último año con cuentas publicadas, las pérdidas se elevaron a 2,39 millones, lo que supone ocho veces más que en 2022. Los ingresos del centro están además estancados desde hace años, con una facturación de 40,2 millones de euros en el último ejercicio, ligeramente por debajo de los alcanzados en 2022, y tan solo un 6% por encima de los que tenía en 2011, el primer año tras su llegada al cargo, cuando alcanzaron los 37,8 millones de euros.

El CNIO ha declinado, por ahora, dar explicaciones sobre la situación financiera del centro ante la llamada de este periódico ni explicar tampoco las razones de las fuertes pérdidas y el déficit acumulado en un momento en el que la gestión de su directora general está además bajo sospecha por el presunto desvío de fondos para asuntos ajenos a la investigación. El pasado 11 de diciembre el diario ABC adelantó que que el CNIO se gastó un millón de euros, por ejemplo, en comprar obras de arte, además de otros 20.000 euros más, posteriormente, en llevarlas por el mundo.

Y todo ello a pesar de atravesar una situación financiera crítica y tener que afrontar una fuerte inversión en la renovación de equipos. Blasco ha puesto su cargo en manos del patronato del centro, que preside Eva Ortega-Paíno, secretaria general de Investigación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, pero se ha negado por ahora a presentar su dimisión. "Mi contrato se renueva cada cinco años por el Patronato del CNIO tras una evaluación previa como directora. Son ellos los que tienen que decidir si tengo que continuar o no pero las dos últimas valoraciones han sido muy buenas", argumentó. La máxima responsable del CNIO ha pedido amparo al Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, argumentando que hay una campaña de desinformación contra ella, poco antes de que se conociera también que se había gastado 300.000 euros en equipos de Apple sin especificar el destino de los mismos, sus beneficiarios o las razones de la compra, según publicó ABC.

Inversión en una mercantil

Tal y como publicó además elEconomista.es el pasado viernes, el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas tiene desde noviembre de 2020 una participación del 6,45% en una empresa creada por su directora general, Telomere Therapeutics, una firma en la que la propia María Blasco tiene actualmente un 10% de las acciones.

El principal accionista de esta sociedad mercantil es el fondo Invivo Ventures, con un 50,9% de las acciones; el Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI), un organismo dependiente del ministerio de Ciencia, participa con un 10,5% a través de la sociedad Innvierte Economía Sostenible y Fàtima Bosch, socia de Blasco y catedrática de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad Autónoma de Barcelona, tiene otro 10,5%. Telomere Therapeutics cuenta con activos valorados en 4,46 millones de euros y tiene un patrimonio neto de 3 millones. Aunque según los datos del Registro Mercantil recogidos por Informa, desde su constitución no ha tenido ingresos, acumula pérdidas en los tres últimos años de 1,56 millones de euros antes de impuestos.

De acuerdo con las fuentes consultadas por este periódico, esta no es la primera vez que el CNIO entra en una sociedad impulsada por alguno de sus empleados con el objetivo de que pueda desarrollarse una determinada investigación. El hecho es que el centro, de carácter público, facilita el desarrollo con el capital necesario y el investigador responsable -en este caso Blasco- obtiene después un beneficio económico a través de una sociedad mercantil. La compañía no tiene una relación directa con el cáncer y se basa en la investigación de medicamentos sobre una región de secuencias repetitivas de ADN en el extremo de un cromosoma, conocidas como telómeros. Aunque aún no disponen de una molécula que haya llegado siquiera a la fase clínica, el único proyecto de medicamento que está avanzando está previsto que se use para la fibrosis pulmonar idiopática.

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