
Aragón ha cerrado un año histórico en la captación de inversiones por valor de 40.000 millones de euros, que se irán ejecutando en los próximos años, con un horizonte global de 10 años en el caso de alguno de los grandes proyectos anunciados como la ampliación de la región de Amazon Web Services en España, cuyo epicentro está en Aragón.
No es el único gran proyecto que hay que construir. En tecnología, también hay otros como los de Microsoft, Blackstone o Box2Bit, todos vinculados a centros de datos. Además, está la gigafactoría de baterías que impulsarán ya en 2025 las empresas Stellantis y CATL en Zaragoza con una inversión de 4.100 millones de euros.
Son proyectos estratégicos a los que se suman otras construcciones en Aragón, en este caso, relacionadas con la vivienda. Un segmento en el que tan solo en la ciudad de Zaragoza se está impulsando alrededor de 1.500 pisos. No hay que olvidarse tampoco de la rehabilitación para lo que desde el Gobierno de Aragón se destinarán 25,8 millones de euros para que estos inmuebles rehabilitados en el medio rural se destinen a alquiler social ni el impulso a 455 viviendas en 38 municipios dentro del Plan Aragón Más Vivienda.
Todos estos proyectos, aparte de las obras de infraestructuras y de las mejoras en las principales calles y plazas de las ciudades aragonesas, hace que sea necesario contar con profesionales en el sector de la construcción.
Y ahí es donde empieza el problema porque es un sector envejecido en el que falta relevo generacional y en el que la contratación, de forma generalizada y salvo algunas fechas puntuales, ha ido descendiendo, especialmente desde la crisis del 2008, también conocida como la crisis del ladrillo, o el año 2020 con la pandemia por la covid-19.
Aragón cuenta con 38.797 trabajadores dados de alta en la Seguridad Social en el mes de junio de 2024, según los datos de la Radiografía del Sector de la Construcción en Aragón, de UGT Aragón. De ellos, 27.234 están en el régimen general, mientras que 11.563 son autónomos. Desde enero de 2022, el número de autónomos se ha estancado, mientras que el número de asalariados ha aumentado el 9,4%, fruto en gran parte por la llegada de grandes proyectos como la región española de Amazon Web Services, que ha elevado el empleo en el sector y su actividad de forma generalizada para construir sus primeros tres centros de datos en la comunidad aragonesa.
Pero el problema no es tanto en sí el vaivén en las contrataciones, sino la radiografía que deja el mercado laboral en el sector de la construcción. El 12,81% de los empleados actualmente tiene una edad comprendida entre los 55 y 59 años, es decir, son 4.969 profesionales que dejarán de estar en los próximos años en el mercado de trabajo para jubilarse. La cifra todavía es mayor si se tiene en cuenta que 6.195 tienen entre 50 y 54 años, lo que la situación podría agravarse aún más.
De hecho, informes como el de BBVA Research, constata que, entre los años 2007 y 2022, se ha producido un envejecimiento de la fuerza laboral de ocho años en el sector de la construcción hasta alcanzar la media de 45 años frente a los cuatro años en el resto de los sectores productivos.
"El sector de la construcción aragonesa se enfrenta a los mismos desafíos que el resto de España: la falta de relevo generacional y la reducida presencia de mujeres en el sector", afirma Sílvia Balcells, directora general de Synergie España, a elEconomista
Pero es un hándicap que llama especialmente la atención en Aragón por su buena evolución en los últimos meses, ya que tan solo en julio de 2024 se registraron 1.842 contratos en el sector de la construcción en la comunidad aragonesa, lo que supone el 2,45% de los contratos del sector en España. Con relación al mes anterior, se contabilizaron 1.604 contratos en esta región, lo que supone una variación interanual del 13,39%. Un porcentaje que muestra una evolución positiva, sobre todo si se compara con España, donde el crecimiento ha sido del 3,97%.
Más de 5.000 profesionales
Los datos ponen así de manifiesto la necesidad casi inmediata de alrededor de 5.000 profesionales del sector de la construcción en Aragón, simplemente por la edad, a lo que hay que sumar las necesidades para construir estos grandes proyectos, que se impulsarán de forma paralela a la construcción de vivienda y de infraestructuras.
Es evidente así una falta de reemplazo, ya que solo el 5,54% de los trabajadores de la construcción, es decir, 2.149 empleados, tienen entre 25 y 29 años, y el 7,03%, unos 2.727, tienen entre 30 y 34 años, según los datos del informe de UGT Aragón.
El relevo generacional no solo está relacionado con la edad. También lo está con el desarraigo producido desde el año 2008 en la profesión y sector. Además, la crisis llevó a que muchas personas tuvieran que abandonar este sector y se incorporaran a otros, no produciéndose su reincorporación con la reactivación de la construcción. Este hecho, ha llevado a que el sector tenga que tirar de personas migrantes, que representan el 22,88% del sector en la comunidad aragonesa.
¿Qué puede hacerse?
Atraer talento así es necesario en el sector de la construcción para acometer todos los proyectos y mantener su actividad. Entre las medidas que pueden ponerse en marcha para que resulte más atractivo de cara a los profesionales está la incorporación de la mujer. Actualmente, sólo el 11,56%, alrededor de 4.500 profesionales, son mujeres en Aragón. Un porcentaje que contrasta con el 56,24% de representación femenina en el sector servicios o el 27,22% en el industrial.
Además, serían necesarias otras acciones. Por ejemplo, según el informe de UGT Aragón, es conveniente reconvertir el sector. Para ello, se aboga por su industrialización para, por ejemplo, dejar de emplear grandes cantidades de materiales como hormigón, cemento, ladrillos o vigas, entre otros, de manera que se incorporen otros procesos constructivos como los sistemas prefabricados que se producen en empresas con mejores condiciones, sobre todo climáticas y ambientales, y se instalan con más rapidez.
Otra medida a tener en cuenta es la construcción de edificios sostenibles que mejoren la habitabilidad con un menor empleo de recursos, en línea con lo requisitos establecidos por la Unión Europea en materia de eficiencia energética en el mercado inmobiliario a partir de 2030.
También sería necesaria más formación, especialmente en este proceso de transición del modelo constructivo, así como la elaboración por parte de las empresas de un catálogo de necesidades para diseñar acciones formativas y orientar a los jóvenes interesados en este sector.
Todo ello debe ir unido a una mejora de las condiciones laborales del sector, con una perspectiva de salarios más altos y competitivos, entre otros aspectos, así como en el ámbito de la salud laboral al trabajarse habitualmente bajo temperaturas extremas. Son un paquete de propuestas que contribuirían a hacer más atractivo el sector.
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