
En un momento en que las tensiones geopolíticas aumentan y los temores de una posible Tercera Guerra Mundial se ciernen en Europa, en Reino Unido un vecino de Yorkshire ha logrado vender su búnker nuclear por casi el doble de su precio estimado. En su propiedad se encuentra un antiguo pozo del Royal Observer Corps utilizado durante la Guerra Fría. Recientemente, se subastó por 35.000 euros, superando el precio inicial de 18.000 euros. Este fenómeno, sumado al que se está gestando en la seguridad de los multimillonarios, refleja un creciente interés en espacios blindados en un mundo cada vez más incierto.
Jon Graves, el propietario, había adquirido el refugio antiaéreo hace tres años y parte de su plan de compra fue restaurarlo. El búnker, que originalmente estuvo cubierto con hormigón, data de 1964 y fue utilizado por observadores hasta 1991. A pesar de las dudas iniciales sobre su venta, Graves decidió ponerlo en subasta, y un postor desconocido se hizo de él. Este búnker, a pesar de su historia sombría, ha captado la atención de aquellos que buscan un lugar seguro en tiempos de crisis.
El aumento en las consultas sobre búnkeres subterráneos ha sido notable, especialmente tras recientes tensiones internacionales, como los ataques con misiles realizados por Rusia. Según cuenta a Yorkshire Post, Mathew Wright, de la empresa de búnkeres subterráneos prefabricados, Burrowed, las consultas sobre sus productos se han duplicado en los últimos días, lo que indica un cambio en la percepción pública sobre la seguridad y la preparación ante posibles conflictos. La venta del búnker de Graves es solo un ejemplo del creciente interés en estos espacios.
Al mismo tiempo, Andrew Parker, subastador de SDL Property Auctions, destacó al medio británico que el interés por los búnkeres nucleares refleja la paranoia y la amenaza de la era de la Guerra Fría. Este no es el primer búnker que se vende en subasta, pero la belleza de la restauración de este refugio lo hace aún más especial.
El búnker de 167.300 euros
Un búnker construido durante la Guerra Fría en el suroeste de Reino Unido fue vendido en una subasta por 169.000 euros, un precio casi tres veces superior al estimado inicialmente. Este refugio subterráneo, ubicado en Newquay, Cornualles, abarca 280 metros cuadrados y tiene capacidad para alojar a 16 personas. La subasta fue organizada por la inmobiliaria Bradley Estate Agents en Exeter, y el búnker, que pertenecía a la compañía de agua South West Water, fue diseñado en 1978 para ofrecer protección en caso de una emergencia nuclear.
Búnker a la carta
La excentricidad llega a un nivel que las personas millonarias podrán personalizar el espacio o bunker que los mantendrá con vida después de un eventual desastre apocalíptico como puede ser un terremoto o una guerra nuclear.
Hablamos de una tendencia hacia la "protección" personal que, entre los más poderosos del mundo, toma fuerza y que se revela en el libro 'Survival of the richest' del experto en tecnología, Douglas Rushkoff.
El escritor, que basa sus relatos en el futuro de la tecnología, y que es conocido por su vínculo de consejero con multimillonarios del sector tecnológico, relata en un pasaje de su libro, un encuentro con cinco de los hombres más ricos del mundo con los cuales habló sobre el futuro del planeta y sobre lo que los ricos llaman 'el evento'.
Rushkoff cuenta en su texto que esperaba hablar de tecnología. Sin embargo, la piedra angular del encuentro se centró en un tema que a los súper ricos les preocupa más: crisis climática, guerra biológica y nuclear, apocalipsis, entre otros de esa índole.
"¿Nueva Zelanda o Alaska?, ¿Qué región se vería menos afectada por la próxima crisis climática? Solo fue empeorando a partir de allí. ¿Cuál era la mayor amenaza: el calentamiento global o la guerra biológica?; ¿Cuánto tiempo se debe planificar para poder sobrevivir sin ayuda externa?; ¿Debe un refugio tener su propio suministro de aire?; o ¿Cuál era la probabilidad de contaminación del agua subterránea?", fueron las preguntas que le hicieron y las que hace referencia en su texto.
'El evento'
En la instancia, el director ejecutivo de una casa de bolsa explicó que casi había terminado de construir su propio sistema de búnker subterráneo. Los demás, en tanto, detallaron sus planes para construir búnkeres subterráneos y evitar lo que ellos llaman 'el evento' (eufemismo para el colapso ambiental, el malestar social, la explosión nuclear, la tormenta solar, el virus imparable o el ataque informático malicioso, o lo que sea que ocurra que sea capaz de acabar con todo, explica The Guardian).
En este contexto, Rushkoff nombró al medio británico algunas de las compañías que están trabajando con multimillonarios para construir sus búnkers, entre ellas, Vivos y Rising S Company.
Búnkers a la carta: Vivos
La empresa Vivos ofrece en su sitio web un "Plan de respaldo para la humanidad", el cual va acompañado con el texto "asegure su espacio en un refugio subterráneo para sobrevivir prácticamente a cualquier catástrofe", y con un botón para acceder a la membresía.
Estos refugios están construidos en instalaciones reconstruidas de la Guerra Fría y en silos de misiles por todo el mundo. Son complejos enormes, donde las personas pueden tener relación con otras en áreas comunes o mantener su privacidad en su espacio asignado. La empresa describe a su refugio privado como el más grande del mundo.
Los precios en línea para reservar los servicios de Vivos comienzan en 35.000 euros por persona.
Rising S, el refugio llega a tu casa
Una de las particularidades de Rising S, es que sus refugios los instala en las casas de los clientes. Estos últimos, podrán personalizar sus refugios entre una gama de opciones como: quirófanos, establos de caballos, campos de tiro, canchas de baloncesto o salas de criptomonedas.
Los precios comienzan en 50.000 euros. Pero sus opciones de lujo rondan los 3,78 millones y el refugio más caro de la compañía cuesta alrededor de 14 millones de euros, según ha informado la compañía a Business Insider.