
Karim Benzema, Juninho Pernambucano, Sonny Anderson, Eric Abidal, Miralem Pjanic, Jérémy Toulalan, Alexandre Lacazette, Yoann Gourcuff y Hugo Lloris son algunos de los cracks que han disfrutado de la época dorada del Olympique de Lyon, un club francés que irrumpió con fuerza en los comienzos del siglo XXI ganando siete títulos de liga y de forma consecutiva (del 2002 al 2008) convirtiéndose en toda una referencia del fútbol galo. Pero, como a muchos clubes, todo lo bueno se acaba, pero en este caso puede desembocar en un final trágico e inesperado.
El pasado 15 de noviembre, la Dirección Nacional de Control y de Gestión (DNCG), el gendarme financiero de la Liga de fútbol francesa, anunció que el Lyon no podrá realizar contrataciones en el próximo mercado de invierno y que ha sido "relegado de manera cautelar al final de la actual temporada". Eso significa que la amenaza de descenso podría evitarse si el club endereza sus cuentas y su viabilidad económica, que en estos momentos asciende a una deuda de casi 500 millones de euros.
El actual propietario del Olympique de Lyon, el estadounidense John Textor, aseguró, tras conocerse la sanción, que el club "no será relegado a segunda división" por su situación financiera y detalló un plan para inyectar los recursos económicos necesarios. Por un lado, señaló que a corto plazo tendrá importantes fuentes de ingresos, entre los que destacan los 200 millones de euros que espera recaudar con la venta de su participación en el club inglés Crystal Palace. Además, prevé obtener otros 100 millones que estima que obtendrá con la entrada la bolsa de Nueva York de su grupo Eagle Football Club.
También prevé recaudar unos 55 millones por el traspaso de jugadores de su equipo. La plantilla actual del Lyon cuenta con 29 jugadores, "seis o siete más" de los que necesita, según el gestor estadounidense. Otra de las condiciones impuestas por la DNCG implica no fichar futbolistas durante el próximo mercado de invierno, una situación que le salvó la temporada pasada en la que coqueteó con el descenso a la Ligue 2. Por suerte, este año no se espera algo parecido, ya que el equipo marcha en quinto lugar, nueve puntos por encima de los puestos que marcan el descenso directo.
Con esto, Textor, un fiel defensor de la multipropiedad en el fútbol, con la que pretende posicionarse como la kriptonita de los clubes-estado, está más que convencido de que el Lyon no terminará bajando por su irregularidad financiera. "Y si, por alguna razón, todas esas estrategias fallan, contamos con accionistas y participantes increíblemente ricos (…) que no permitirán que el club descienda", concluyó. Insistió en que "tenemos recursos que van mucho más allá de las necesidades de este club. Les hemos mostrado cómo planeamos abordar esta situación de manera metódica", puntualizó.
La gestión eficaz de Jean-Michel Aulas
Textor cogió el testigo de Jean-Michel Aulas, uno de los grandes presidentes del mundo del fútbol. En total, 36 años al mando del Lyon, desde 1987 hasta 2023, en los que ha pasado a la historia del club por haber conseguido 50 campeonatos entre el equipo masculino y femenino, además de ser el segundo club francés que registró la mayor cantidad de puntos desde la temporada 1989-90, con 2.125, tras el PSG, con 2.198 puntos. El tercero es el Marsella, con 1.912 puntos, y cuarto, el Mónaco, con 1.890. En Europa, el Lyon alcanzó dos veces las semifinales de la Champions, mientras que el femenino, por su parte, conquistó una cifra récord de ocho títulos, siendo el equipo más laureado, por delante del Eintracht Frankfurt, con cuatro, y el FC Barcelona, con tres.
Aulas dio el pelotazo muy pronto, a los 19 años, creando CEGID (Compañía Europea para la Gestión Informática Descentralizada) mientras estudiaba Informática y Económicas, y la vendió en 2007 al grupo empresarial Groupama, aunque permaneció como presidente y CEO de la compañía hasta 2014. De esta manera, Aulas se convirtió en millonario, se compró una casa en Saint-Tropez y empezó a codearse con los peces más gordos.

Uno de ellos fue el exministro y empresario francés Bernard Tapie, quien le metió el gusanillo de invertir en el fútbol. Y fue en 1987 cuando adquirió como una "oportunidad de negocio" el Olympique de Lyon, por aquel entonces en segunda división y viviendo a la sombra de eterno rival, el Saint-Etienne, además de estar ahogado por las deudas. Poco a poco fue saliendo de ellas, consolidándose económicamente, mediante astutos y arriesgados fichajes y forjar una de las afamadas academias de Europa.
El empresario nacido en 1949 también pasará a la historia del club por infringirle una mutación que llevó al club a convertirse en una sociedad anónima que cotiza en bolsa, a ser el primer club francés que vende productos por Internet, el primero en tener redes sociales y a cuidar el fútbol base. Pero, sin duda, uno de sus grandes legados fue el de estrenar en 2016 un nuevo estadio, Groupama Stadium, de 59.186 plazas, casi el doble del aforo de su histórico antecesor, el Gerland, bajo una inversión de 450 millones de euros.
Otra de sus señas de identidad es la de implantar un modelo de negocio basado bajo la premisa de sacar el máximo rendimiento a los fichajes jóvenes, con el objetivo de venderlos en el futuro a un precio de oro. Sus grandes ventas fueron la Ndombélé, fichado por 25 millones y vendido por 62; Lacazette (de la cantera y traspasado por 40 millones), Mendy (llega por 5 y sale por 48); Barcola (de la cantera y vendido por 45 millones); Paquetá (fichado por 23 y vendido por 43) y Bruno Guimaraes (aterriza por 20 y sale por 42), como nombres más destacados, según datos de Transfermarkt. Desde que el club pasó a manos estadounidenses, Jean-Michel Aulas ha pasado a ser el presidente de honor del club.