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Qué fue del 'niño de Somosierra': la misteriosa desaparición considerada como la más extraña de Europa

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Han pasado 38 años desde que tuviera lugar una de las desapariciones más misteriosas de toda Europa. El 24 de junio de 1986 una pareja partía desde Las Cánovas, pedanía de Murcia, junto a su hijo Juan Pedro en un camión cisterna cargado con más de 20 000 litros de ácido sulfúrico fumante. En torno a las 6:40 de la mañana, en el kilómetro 96 de la antigua N-1 Burgos-Somosierra, tiene lugar el trágico accidente en el que los padres, Carmen y Andrés, fallecieron en el momento, pero no se pudo encontrar el cuerpo del pequeño de 10 años.

Este caso ha sido considerado como uno de los más extraños de la última década del siglo XX. Un caso que en los últimos años se ha debatido e investigado en diversos programas y tertulias televisivas de equipos de investigación. Ahora ha vuelto al foco mediático para tratar de aclarar los hechos y dilucidar cuál sería la hipótesis más aceptada por los expertos.

Andrés Martínez Navarro, conductor de profesión, había recibido el encargo de llevar un camión cisterna, que contenía una carga peligrosa, desde la Región de Murcia hacia Bilbao. La familia de la pareja declaró a las autoridades que el pequeño iba con ellos porque, después de llevar la carga, juntos visitarían el País Vasco. Este fue el regalo a Juan Pedro por sacar buenas notas en el colegio y se mostraba muy emocionado por el viaje, según detalla su tío Juan García.

Sin embargo, durante el viaje el comportamiento del conductor fue algo irregular. Se desconoce el por qué, pero realizaron un total de 12 paradas de segundos en los repechos, una decisión inusual dada la carga que transportaba.

Es poca la información que se ha conseguido obtener del caso, más allá de la facilitada por el tacógrafo, que indicó que tras la subida de la cuesta de Somosierra el camión empezó a descender a gran velocidad. Fue cuando estos trataban de sortear un camión cuando salieron de la carretera y fallecieron. Sin embargo, los restos de Juan Pedro jamás se encontraron. Una de las primeras teorías que se barajó fue que el cuerpo del pequeño se había disuelto en el ácido, pero la policía rápidamente desechó la idea, ya que habrían hecho falta un mínimo de doce horas sumergido en ácido para que se disolviera.

Otra de las teorías que más se ha barajado, y que compran los familiares de los accidentados, es que Juan Pedro hubiera sido secuestrado. Según relataban en La verdad de, varios testigos vieron un vehículo blanco en el lugar del accidente: "Iban tres personas. Había dos mujeres y un hombre. Bajó un hombre y una mujer con un babi blanco diciendo que era enfermera y que iba a atender a la persona herida en la carretera. El hombre se acercó a los restos del camión y la llamó a ella, los camioneros dicen que tenían acento extranjero, y que de pronto vieron que la furgoneta se tiraba a por ellos y que tuvieron que quitar a la persona herida para que pasasen", relata el tío del pequeño de Somosierra.

El motivo del secuestro apuntaría que al tratarse de un supuesto asunto de drogas habrían cogido al muchacho como rehén. Existían organizaciones criminales que utilizaban transportes de mercancías peligrosas para trasladar estupefacientes desde puntos del litoral mediterráneo del sureste a otras zonas de la península. Sin embargo, la familia atajó todo tipo de rumores dejando claro que: "Andrés no estaba implicado voluntariamente en dicho negocio". Voluntariamente, he ahí el quid de la cuestión.

Al año del suceso El Caso titulaba a toda plana en su portada: "El niño de Somosierra, ¿en poder del narcotráfico? Se ha encontrado heroína en la cisterna del camión siniestrado".

Aunque estas son las principales hipótesis que se barajaron, las teorías sobre esta misteriosa desaparición no han dejado de llegar, desde que el niño salió despedido de la cabina del camión hasta que, algunas más bizarras, había sido secuestrado, pero por alienígenas.

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