
Son muchos los productos que están pensados exclusivamente para lavar o limpiar ciertas superficies o zonas y estancias del hogar. De hecho, cada persona tiene unas costumbres y una forma concreta de limpiar cada rincón, por lo que es muy habitual que se vaya destinando un único producto para cada sitio, sin pensar que pueden ser útiles para acabar con la suciedad y el polvo de otras estancias de la casa.
También hay productos, sobre todo los caseros, que se emplean de forma generalizada para limpiar muchas cosas diferentes, como es el caso del vinagre, el limón o el bicarbonato, tres productos caseros y multifuncionales, que incluso se pueden combinar para desinfectar, limpiar y dar buen olor a las estancias de la casa.
Sin embargo, pocas personas saben que uno de los productos más habituales a la hora de lavar la ropa también es muy útil para limpiar y desinfectar toda la casa, además de ser muy económico y útil con las diferentes superficies del hogar.
Un potente producto para toda la casa
Es el caso de los blanqueadores o limpiadores para prendas delicadas, unos productos que, al contrario que pasa con la lejía, se pueden emplear para limpiar superficies sin miedo a que se decoloren o dañen, ya que no es abrasivo.
De hecho, los detergentes limpiadores de ropa delicada están hechos para desinfectar y lavar la ropa de forma suave, no son abrasivos y se pueden emplear, por tanto, para otras superficies de la casa sin miedo a que se estropeen, de manera rápida y eficaz.
¿Cómo se puede emplear este limpiador? Pues bien, para empezar, hay que saber que es muy útil tanto para encimeras como para los azulejos y lavabos baños o las superficies textiles, como las camas, colchones o sofás. También se puede usar para otras zonas delicadas, como los suelos de madera.
Basta con mezclar este producto con agua tibia, una proporción pequeña, es decir, una cantidad igual que la que se echa en el cubo de fregona y la lejía tradicional, pero sustituyendo esta por una pequeña cantidad de producto de lavandería.
Después, se puede pulverizar directamente sobre la superficie a limpiar o, por el contrario, humedecer un paño o bayeta y frotar la zona que se quiera desinfectar, para después aclarar y secar con un paño limpio y seco. Si es el suelo lo que se quiere limpiar, se puede usar esta mezcla directamente en el cubo de la fregona.
Con este truco se podrán limpiar como si de lejía se tratase, todas las superficies de casa, sin miedo a que se dañen por la agresividad de la lejía tradicional, convirtiéndose en un producto que no solo sirve para las prendas de ropa, sino también para otras zonas que, normalmente, requieren de productos específicos y más caros. Así, se puede homogeneizar la tarea de limpieza del hogar, ahorrando tiempo y dinero.
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