Hace unas semanas, contamos la historia de varias personas en España que han sido víctimas de una estafa de furgonetas camperizadas. En esta línea, pero en Canadá, una pareja de jubilados da cuenta de una situación similar, justo cuando querían emprender una de sus últimas rutas arriba de una autocaravana. Sin embargo, aquel idílico sueño camper terminó siendo su peor pesadilla, luego de darse cuenta que el vehículo tenía defectos escondidos.
"Mi marido y yo siempre habíamos hablado de comprar una autocaravana y hacer viajes épicos con ella después de jubilarnos. Cuando finalmente me uní a él en la jubilación el año pasado, una autocaravana cayó del cielo: compacta de los años 90 que se ajustaba perfectamente a nuestro presupuesto", cuenta Marie L. Mangin a Business Insider.
Según cuenta la mujer, la autocaravana parecía perfecta hasta que la empezaron a usar. "Hace poco la vendimos, después de meses de intentar sin éxito que funcionara para nosotros", lamenta Mangin.
"Al principio me sentí muy triste, pero aprendimos mucho y nos dimos cuenta de que todavía no tenemos que renunciar a nuestros sueños de viajes por carretera. Y es que, la autocaravana simplemente no se ajustaba a nuestras necesidades (ni a nuestros cuerpos). Al final dormimos solo unas horas en la furgoneta. Nos sentíamos apretados y no descansamos bien, pero atribuimos nuestra primera noche sin dormir a la emoción y pensamos que solo teníamos que acostumbrarnos a todo", relata la afectada.
La salida que puso el fin al sueño
La segunda salida fue la verdadera prueba, sin embargo, descubrieron que la autocaravana tenía varios problemas que los vendedores no notificaron y no fueron transparentes. "Ojalá no hubiéramos confiado solo en su palabra y hubiéramos revisado el vehículo a fondo antes de comprarlo", agrega Mangin.
Aun así, decidieron continuar. Pero los costes de mantenimiento aumentaron a medida que añadieron kilómetros a la autocaravana. Además, tuvieron que pagar el seguro y averiguar dónde guardarla cuando no la usaban.
La venta inmediata de la autocaravana
"Al final, no tenía sentido para nosotros atar dinero a un vehículo que usaríamos sólo unas pocas veces al año. Vendimos la autocaravana a otra pareja y le dijimos con franqueza todos los problemas que tenía. Incluso después de reemplazar los neumáticos, los airbags y los parabrisas de la autocaravana, logramos recuperar nuestra inversión", relata la afectada.
Después de hacer algunos cálculos, la pareja se dio cuenta de que no necesitaban una autocaravana para hacer los viajes soñados por carretera. Solo tenían que ser un poco creativos con la planificación.
"Por ahora, planeamos simplemente conducir nuestro coche y reservar alojamientos más económicos que incluyan desayuno gratis. También ahorraremos dinero en el camino al preparar nuestros propios almuerzos y refrigerios y guardarlos en una hielera", afirma Mangin. "Esperemos que nuestra autocaravana se adapte mejor a los nuevos propietarios que a nosotros, y quizá nos crucemos en la carretera alguna vez", sentencia la amante de los viajes por carretera.
