
Si alguna vez has estado en uno de los grandes y más importantes hoteles, quizás te ha llamado la atención la buena limpieza de las habitaciones en general y, en particular, la del baño, algo fundamental en cualquier alojamiento y, por supuesto, también en la casa.
Conseguir limpiar bien el baño es una tarea complicada, sobre todo, porque es una de las estancias más utilizadas de forma diaria por todos los miembros de la familia. Además, se puede acumular cal en el grifo, humedad en las esquinas de la ducha, manchas en los espejos o marcas en la mampara, todo ello difícil de limpiar.
Con todo ello, fijarse en lo que se hace en la limpieza de los hoteles, que debe ser muy rápida y eficaz, puede ser una buena recomendación para ahorrar tiempo, esfuerzo y dinero. Pero, ¿qué se puede hacer para conseguir esta eficacia en la limpieza del baño?
La técnica para limpiar el baño
Con todo ello, fijarse en lo que se hace en la limpieza de los hoteles, que debe ser muy rápida y eficaz, puede ser una buena recomendación para ahorrar tiempo, esfuerzo y dinero. Pero, ¿qué se puede hacer para conseguir esta eficacia en la limpieza del baño?
Pues bien, tal y como recogen desde el portal francés Linternaute, el sencillo truco consiste en mezclar dos ingredientes sencillos y económicos que todo el mundo tiene por casa: jabón lavavajillas y vinagre blanco. Ambos ayudan a eliminar la cal de forma eficaz, desinfecta todas las superficies y deja un buen olor a limpieza.
El vinagre blanco actúa como un potente desincrustante y desinfectante natural, por lo que es perfecto para el baño, ya que ayuda a eliminar las bacterias, el posible moho por la humedad y el resto de suciedad incrustada en los muebles y sanitarios. Al mismo tiempo, el jabón lavavajillas está diseñado para disolver la grasa y la suciedad, al mismo tiempo que deja un buen olor a limpieza en cada rincón del baño.
Para llevar a cabo este truco de limpieza, basta con mezclar a partes iguales el líquido lavavajillas con el vinagre blanco. La mezcla se puede meter en una botella con difusor y, cuando esté bien integrada, basta con pulverizar las superficies que se quieran limpiar, frotando con un estropajo y aclarando bien con una bayeta húmeda. Finalmente, se puede secar con papel de cocina o con otra bayeta seca y limpia.
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