La localidad toledana de Mocejón se despertó este domingo con una trágica noticia: el asesinato de un niño de 11 años en un campo de fútbol por parte de una persona que, sin motivo aparente, le apuñaló en varias ocasiones con un objeto punzante. El asesino se dio a la fuga y sigue en paradero desconocido.
Al margen del desconcierto por el motivo del crimen, lo cierto es que no se conocen demasiados detalles acerca de lo que sucedió en el campo de fútbol 'Ángel Tardío': a eso de las 10 horas de la mañana una persona entró en el campo y apuñaló hasta la muerte a Mateo, de 11 años. Los servicios de emergencia no pudieron hacer nada por salvarle la vida.
¿Quién fue el asesino? La familia del menor no tiene sospechas y todo lo que rodea en torno a la figura de esa persona es un gran misterio. Solo se saben unos pocos detalles que han podido aportar las personas que estuvieron presentes en la escena de los hechos.
Todos los testigos coinciden en que el asesino era varón y tenía el rostro tapado, lo cual ha imposibilitado su identificación. Para ello, usó una especie de pañuelo con el que pudo ocultar su cara.
Los testimonios también coinciden en otro punto: el asesino era de baja estatura y cerca de la mayoría de edad. Se trabaja en una horquilla de entre 17 y 22 años. Otros detalles que no han podido ser confirmados son que huyese en un Ford de color gris y que tenga un tatuaje en una de sus manos.
Las investigaciones están a cargo del Juzgado de Instrucción Número 3 de Toledo, que ha decretado el secreto de sumario. Durante la jornada del domingo, la Unidad de la Policía Judicial de la Guardia Civil y el Grupo de Información de la Comandancia de Toledo lanzaron un operativo con el que no se pudo localizar al asesino.
La clave, en las cámaras
Ahora, la clave está en las cámaras cercanas al campo de fútbol Ángel Tardío. Lo que grabasen las cámaras de los establecimientos cerca del campo podrían arrojar algo de luz sobre la huida del asesino.
La Guardia Civil está repasando las imágenes para intentar trazar el recorrido del asesino, que abandonó el recinto de forma inmediata y que, de no usar ese Ford gris del que tanto se habló en la jornada del domingo, habría huido a pie. Lindando con el campo, un olivar podría ser la ruta de fuga del sospechoso.