
Los resultados de las elecciones europeas confirman el cambio de ciclo político en Cataluña que arrojaron las urnas el pasado 12-M. Sin embargo, la cita electoral no clarifica por sí misma cómo se constituirá el nuevo Govern ni que sucederá esta tarde con la constitución del Parlament.
El PSC ha ganado los comicios europeos en la comunidad con el 30,8% de los votos, 8,5 puntos más que en 2019. Por detrás han quedado Junts per Catalunya y ERC (que concurría en coalición junto a EH Bildu y BNG), con el 18% y el 14,8% de los sufragios, respectivamente.
En conjunto, el separatismo ha obtenido en las europeas 785.013 votos (32,84%), mientras que hace cuatro años sumó casi un millón de papeletas más al registrar 1.708.395 votos (49,84%). Se trata del segundo descalabro del independentismo en menos de un mes tras perder la mayoría absoluta en las recientes autonómicas.
Pese a este descalabro, tanto republicanos como posconvergentes celebraron el dictamen de las urnas. En este sentido, sorprendió el triunfalismo del único eurodiputado de Junts, Toni Comín, que tras perder 550.000 apoyos respecto a las elecciones europeas de 2019 afirmó que se trataba de un "buen resultado" y arguyó que el PSOE había perdido un "plebiscito".
A más distancia de socialistas e independentistas se encontraron el resto de fuerzas. El PP consiguió el 13,7% de los votos y Vox, el 6,1%, mientras que la formación antisistema de Alvise Pérez, Se Acabó la Fiesta, logró el 2,6% de las papeletas.
El voto de Puigdemont
El resultado de las europeas llega en vísperas del arranque de la nueva legislatura en Cataluña. Esta tarde se escogerá a los siete miembros de la mesa del Parlament (la presidencia, las dos vicepresidencias y las cuatro secretarías) que deberán desinar al candidato se someterá por primera vez a una votación de investidura el próximo martes, 25 de junio.
Para elegir al presidente del hemiciclo catalán, segunda autoridad de la institución autonómica, se celebran tres rondas de votaciones mediante papeletas que los diputados depositarán en una urna. En la primera ronda, se elige por mayoría absoluta, mientras que en las siguientes solo por mayoría relativa. Si aún así persiste el empate, se escoge como presidente del Parlament al candidato del grupo parlamentario más numeroso.
El presidente de la Cámara catalana es la segunda autoridad de Cataluña y entre sus funciones se encuentran las de establecer y mantener el orden en las discusiones, dirigir los debates y cumplir y hacer cumplir el reglamento.
La sesión no se antoja pacífica. El pronunciamiento del Tribunal Constitucional anulando el voto telemático de Lluís Puig (Junts) pondrá a prueba la nueva etapa que según Moncloa debe abrirse en la comunidad. Y es que Junts y ERC ya han dicho que contabilizarán el voto del diputado.
El espacio posconvergente tiene una razón poderosa: Carles Puigdemont se halla en la misma situación que Puig. Será la mesa de edad del Parlament, donde el independentismo retiene la mayoría, quién comunicará si cumple o no lo dictado por el tribunal de garantías.
La incógnita de la mesa
Más allá de esta cuestión, el hermetismo de los partidos no permite atisbar cómo se repartirá el órgano parlamentario. En las últimas semanas se ha especulado con una presidencia en manos de ERC. Pero no se sabe de antemano si esta opción beneficiaría a Puigdemont o a Illa, puesto que los republicanos son el fiel de la balanza que puede decantar el Govern hacia uno u otro lado.
La legislatura empezará a las 16:00 de esta tarde y hasta que no se contabilicen todos los votos, incluidos los de Aliança Catalana y Vox, con quienes en principio no se ha pactado por parte de ningún bloque político, no se conocerá la composición exacta de la mesa. El PSC desea pasar página al procés configurando una mayoría constitucionalista en la mesa. No está claro que lo vaya a conseguir.