
Criteria y el RACC ocuparán las dos sillas de pago de la Cambra de Comerç de Barcelona. Ambos puestos llevaban vacantes desde que Josep Santacreu alcanzó en 2023 la presidencia de la entidad de dinamización empresarial.
La vuelta del hólding inversor de la Caixa y del club de automoción cierra una etapa anómala en la corporación. La victoria en mayo de 2019 de la candidatura Eines de País, impulsada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC), distanció a la gran empresa de la institución económica. Algunas de ellas llegaron a abandonar el pleno en protesta por la deriva de los nuevos gestores.
La ejecutoria de Eines de País terminó de alejar a las compañías que durante décadas habían cofinanciado la mayor cámara de comercio de Cataluña. Tampoco ayudó que la lista independentista redujera de catorce dos las llamadas sillas de plata ni que aumentase la cuantía exigida por ellas hasta los 150.000 euros --ahora vuelven a costar 75.000 euros--.
Fue tal la falta de sintonía que, ya durante la etapa de Santacreu, la primera convocatoria para llenar ambas vocalías quedó vacía. La labor del nuevo presidente para normalizar la situación ha conducido finalmente a un acuerdo que se formalizará el próximo miércoles, 29 de mayo, en un pleno ordinario.
El anuncio se produce después de que la Cambra anunciara la creación de un órgano asesor que cuenta con algunos de los principales directivos de la escena catalana. Marc Puig (Puig) y Antonio Llardén (Enagás) se hallan entre los miembros de la autodenominada Mesa de Política Económica.
Inyección económica
Entre las empresas que históricamente habían ocupado estos puestos se hallan CaixaBank, Banco Sabadell, Deloitte, Indra, PWC, Naturgy, Damm, Catalonia Hotels, Abertis o Aigües de Barcelona, entre otras.
Los recursos obtenidos por la llegada de Criteria y el RACC ayudarán a llenar la hucha de la Cambra, que concluyó el último ejercicio con unas pérdidas de 2,5 millones de euros.