
La carrera electoral en Cataluña ha llevado a ERC a sacar pecho de su obra de gobierno. En el ámbito educativo, la consejera Anna Simó comunicó la semana pasada que el próximo curso 2024-2025 se batirá el récord de plazas en el sistema autonómico de Formación Profesional (FP).
En concreto, se rozará el medio millón, un 9% más que el año pasado. Si bien tan solo 174.737 plazas corresponderán a los estudios de grado básico, medio y superior, es decir, la FP convencional. Esta dotación eleva en 3.700 la oferta pública de la Generalitat. Simó aseguró que ha tomado nota de la deficitaria situación que arrastra esta modalidad de enseñanza en la comunidad.
No en vano, ERC ha estado en el ojo del huracán por la gran cantidad de aspirantes que no pudieron matricularse en Cataluña en las últimas convocatorias. Sin embargo, las fuentes educativas consultadas por elEconomista.es no circunscriben los problemas de la FP únicamente a la disponibilidad de plazas.
Entre las asignaturas pendientes del Govern se hallan el elevado abandono escolar de los estudiantes, la escasez de profesorado, sobre todo en los grados con alta demanda, y la masificación en las aulas.
Alumnos sin guía
El primero de estos problemas trae causa de la falta de orientación educativa al final de la ESO y del bachillerato. Esta reclamación lleva tiempo en boca de los sindicatos, que lograron arrancar al Ejecutivo autonómico el compromiso de aprobar un decreto en la materia con el objetivo de ampliar el cuerpo de profesionales encargados de acompañar a los estudiantes en la elección de sus estudios.
"Tenemos un abandono escolar de un 40% en el primer año de los ciclos medios. Somos líderes en Europa. Esta cifra explica también el desencaje que cada año se da entre la oferta y la demanda de plazas", lamenta Jesús Martín, miembro del Consejo Catalán de la FP y de la permanente de la Comisión Rectora del Sistema FPCAT en representación de UGT.
El decreto exigido por los sindicatos ha quedado guardado en un cajón debido a la convocatoria electoral anticipada. Este medio ha pedido al Departamento de Educación una previsión sobre su publicación sin obtener respuesta.
Grados sin profesores
La falta de docentes también complica el buen desarrollo de la FP. Según cálculos de UGT, al menos se necesitan 300 profesores adicionales en la red pública de centros. "A los cuales hay que sumar los encargados de impartir lengua catalana, que todavía no se han cuantificado", puntualiza Martín. En familias profesionales de moda, como la informática y la salud, las estrecheces de personal son aún más acusadas.
Esta cuestión está directamente relacionada con la masificación del aulario. La regulación fija un umbral máximo de 33 estudiantes por docente, que ya supera de por sí un 10% la ocupación estándar. "Pero en muchos casos nos encontramos con aulas de hasta 35 alumnos", señala Martín.
Por último, UGT afea al Govern la falta de inversiones en centros de referencia. El sindicato reclama la creación de al menos un centro por servicio territorial y el impulso de los centros integrados de FP.