
Según datos oficiales, existen más de 7 millones de migrantes venezolanos en el mundo. Entre las razones para migrar de esta enorme población aparece la búsqueda de asilo y refugio, de mejoras salariales, por el alto nivel de desempleo, la inestabilidad económica, política y la corrupción que se vive en el país latinoamericano. Muchas de estas personas dejan una vida atrás para empezar de cero en nuevos horizontes, como España. En este duro proceso migratorio aparece la figura de Mairín Reyes, una mujer originaria de Caracas que vacía las casas de aquellos que decidieron partir y que hace la despedida más fácil, o por lo menos lo intenta. Aquí el relato de su historia.
La Plataforma De Coordinación interagencial para refugiados y migrantes de Venezuela, con datos del 30 de noviembre de 2023, estima que hay 7.722.579 venezolanos refugiados y migrantes en el mundo. Lo que lo convierte en uno de los países con más ciudadanos que viven alejados de sus fronteras.
Colombia, por su proximidad geográfica, es el país con más migrantes venezolanos (2,8 millones), España es el séptimo país donde esta población se ha asentado en el último tiempo con un total de 438.380 migrantes del país latinoamericano, según datos de Statista con fecha de 20 de marzo de 2024.
Muchos de los que forman parte de esta movilización de personas han recibido la ayuda de Mairín, sobretodo familias venezolanas que se asentaron en España. Hablamos de la protagonista de "Las Casas Muertas que revive Mairín" (de la serie 'Rastros de una Promesa', del portal venezolano Prodavinci) que revela la situación en las que quedaron las viviendas de miles de venezolanos que decidieron migrar.
Mairín Reyes lo soluciona por ti
"Mairín abre una gaveta y hay un tesoro devaluado de monedas. Mairín abre un cofre y hay unos anillos que a nadie le quedan. Mairín abre un libro y encuentra la estampita de una santa marcando la última página que alguien leyó. Mairín abre un clóset y encuentra los dientes que el Ratón Pérez guardó hace décadas. Mairín Reyes abre lugares, saca cosas, toma fotos, hace inventarios, desenreda cables, protege vasos, embalsama barbies en cajas de cartón, apila peluches en bolsas negras, desmonta hogares: es una oficiante de la memoria", retrata Laura Helena Castillo a Mairín Reyes, una desconocida emprendedora venezolana que facilita la partida de las familias que se mudaron de Venezuela.
Se trata de una mujer que se ha convertido en empresaria, en parte, gracias a la alta migración que vive su país. Así ha llegado a crear 'Soluciono por ti', el negocio que lidera desde 2021 y que la ha llevado a casas y pisos de familias venezolanas que migraron y donde ha encontrado grandes tesoros. Entre sus clientes, según cuenta a elEconomista, se tratan de ciudadanos del país latinoamericano que se asentaron principalmente en España.
Perfil del cliente
"El perfil es de profesionales universitarios, de clase media alta que provienen de buenas urbanizaciones de Caracas. Algunos nacidos en España, pero que llegaron a Venezuela muy jóvenes e hicieron vida en este país. Otros nacidos aquí de padres españoles y otros venezolanos. Pero la constante ha sido, que tienen profesiones reconocidas. Son adultos con hijos grandes y algunos abuelos. La mayoría dicidió migrar a España", señala a este periódico la empresaria.
Entre este perfil, la caraqueña detalla a Prodavinci que "lo común es que la mayoría de los clientes que he atendido es que están fuera del país y dejaron la puerta cerrada pensando que iban a volver y no volvieron. De algo tan doloroso como la migración, yo encontré una oportunidad. 'Organización del hogar' lo llamo yo".
"A mí, entrar a cada casa me da muchísima tristeza" agrega Reyes al portal venezolano. "Más allá de las razones que llevan a cada quien a migrar, porque siempre hay una razón de peso, siempre me impacta ver tantas cosas dejadas. Me imagino a la familia riéndose en esa sala, siendo felices. Ves que las cosas se adquirieron con cariño. Lo que encuentras es lo que te habla de la gente: hay testimonios del amor que ahí hubo", cuenta.
Al ser consultada sobre si alguna vez tuvo algun conflicto con el Gobierno por asuntos de expropiación de inmuebles de sus clientes mientras realizaba su trabajo, Reyes explica que nunca ha tenido ningún problema, que siempre todo está bajo el control de sus propios dueños. "Me mantengo en constante comunicación con mis clientes, mientras llevo a cabo sus proyectos. Nada es inconsulto y sin aprobación", agrega.
"De algo tan doloroso como la migración, yo encontré una oportunidad"
Según cálculos del urbanista Lorenzo González Casas que entregó a la plataforma Prodavinci, en Venezuela hay más de un millón de viviendas desocupadas u ocupadas por debajo de su capacidad, lo que calcula que significan 50.000 millones de dólares.
En este escenario la empresaria encontró una oportunidad y un emprendimiento que mueve a través de la red social Instagram. Aquí explica que realiza inventarios, ventas y donaciones de lo que encuentra en estas propiedades vacías. "A través de videollamadas Reyes va mostrando a sus clientes cosas que saben secretos sobre ellos. Algunas son piezas de aparente valor que han dejado atrás. A veces, al ver por la cámara algo con mucha carga emocional, el cliente se conmueve, llora, rememora, explica el origen de la pieza, evoca sus mejores momentos y, después, dice como una Gillette: 'Bótalo'", relata el texto de Laura Helena Castillo.
Respecto a lo que cobra por vaciar una casa, Reyes señala que cada desocupación de hogar, "es un proyecto en sí mismo". El monto del proyecto, va a depender de las condiciones del inmueble, del volumen de cosas a clasificar, vender, donar, desechar, limpiar, reparar, etc. Cada presupuesto es elaborado a la medida y cuenta con tiempos estimados de ejecución. Para unos será más y para otros menos.
A la consulta de la demanda del servicio que presta, la empresaria manifiesta que no es masivo. "Es un servicio muy particular y además, cuento con un equipo de colaboradores muy cercano. De mi entera confianza, por lo tanto, no tengo capacidad para atender más de 3 proyectos simultáneos. No existe tampoco una frecuencia estandarizada. Podría tener un cliente este mes y pasarme dos meses sin proyecto de desocupación. En esos casos, apuntamos a otras áreas del negocio que se han ido incorporando", cuenta.
Crecimiento del proyecto
Desde que arrancó en 2021, ha podido duplicar el número de clientes atendidos cada año. "Sin embargo, este no es un trabajo de volumen. Es una actividad que me permite sufragar mis gastos. No es una corporación, pero me siento satisfecha que mi experiencia de trabajo, me ha permitido el sustento. Es lo que hace mucha gente como yo. La que limpia casas, la que plancha etc, vive de eso. En algunos casos tiene dos clientes y en otros cuatro. Así de sencillo", relata.
Reyes cuenta a Prodavinci que cuenta con una suerte de tienda donde vende los objetos encontrados en las viviendas."Tengo un local alquilado de 300 metros con escaparate para exhibir y vender objetos a los que nuestros clientes quieran sacar algún provecho", explica al medio.
Los principales "tesoros"
Al respecto, los clientes asentados en España le piden que guarde los principales "tesoros" que para ellos son: fotos, albúmenes, objetos especiales pequeños con alguna procedencia familiar, por ejemplo, heredado de la madre o de la abuela.
"Tuve un cliente, que si realizó una mudanza grande con todo. Pero la mayoría decide que les guarde las fotografías, libros, prendas, por supuesto, documentos personales como partidas de nacimiento, matrimonio, defunción de algún familiar cercano (padre o madre)", cuenta Reyes, quien, además, afirma que hay cosas que la gente no recuerda tener. "Me han aparecido prendas que los clientes ni recordaban que tenían, como una sortija de zafiros, por ejemplo. Para hacer este trabajo se tiene que crear un nexo de confianza absoluta con tus clientes: yo soy sus ojos, a todo le tomo fotografías y lo subo a un inventario en Excel. Esto es un trabajo de discreción porque llega un momento en el que te conviertes en su guardadora de tesoros", agrega la emprendedora a la plataforma.
Conexión personal con la migración
Al igual que sus clientes, esta emprendedora también tiene un nexo con la migración. Y es que la caraqueña tiene su "propio duelo migratorio", como describe el portal venezolano, al tener a su hijo y nieto fuera del país latinoamericano.
"Para mi es un una sensación de pérdida y ausencia constante. Cada partida, es una despedida que hago mía, porque aunque en algunos casos, ya las personas han tenido tiempo afuera, cuando me llaman para desocupar la casa porque va a ser vendida, es porque es el momento del cierre, de esa posibilidad de regreso que estuvo allí en esa casa. Es el momento del adiós. En mi caso particular, sueño con el reencuentro con mi hijo para el abrazo y para poder cargar a mi nieto y apurruñarlo, como decimos aquí. Nunca me he planteado irme del país, sólo hacer esas visitas temporales, porque quiero mantener mi autonomía de vida", sentencia.
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