
Golf, tenis y Fórmula 1 son los algunos deportes en los que el mundo del petrodólar está inmerso, aunque el fútbol es el que más pasiones (y millones) está levantando tanto en Arabia Saudí, Qatar o Emiratos Árabes Unidos. Ya sea en forma de Mundial de fútbol, bajo una inversión de más de 220.000 millones de dólares, o con futbolistas del calado de Cristiano Ronaldo, Karim Benzema, Neymar o Andrés Iniesta.
Ahora, la moda del petrodólar se ha fijado un nuevo objetivo: el baloncesto. En concreto, Qatar, la cual fue designada por la FIBA el pasado 28 de abril de 2023 como la organizadora del Mundial que se celebrará en el verano de 2027. De esta forma, el pequeño país de apenas tres millones de habitantes volverá a ser la sede de un Mundial, en este caso del mundo de la canasta. Y no solo eso, ya que también está planeando montar una futura candidatura para los Juegos Olímpicos de 2036.
Es cierto que el mundo árabe nunca ha sido una región puramente vinculada al baloncesto, pero la designación del jeque de Qatar Sheikh Saud Ali Al Thani como presidente de la FIBA para los años 2023-2027 puso de manifiesto el interés de este país por este deporte. Por su parte, Jorge Garbajosa será el presidente de FIBA Europa.
Sin duda, esta curiosa elección no se ha dado por casualidad. Ni tampoco será la última. En las últimas semanas, los 13 clubes propietarios de la Euroliga (entre los que se encuentran Real Madrid, Barcelona y Baskonia) debatieron la incorporación de Dubái (EAU) a la estructura, lo que supondría ingresar alrededor de 70 millones de euros. Esta generosa cantidad iría destinada, en su mayoría, a los equipos fundadores.
La propia Euroliga fue la encargada de confirmarlo en un comunicado. "La Junta Directiva de la ECA revisó el estado actual del negocio, además de discutir las oportunidades futuras, y recibió información actualizada sobre las diferentes conversaciones sobre las posibilidades de colaboración en nuevos mercados", explicó.
En este sentido, las renovaciones de Dejan Bodiroga (presidente de la Euroliga) y Paulius Motiejunas (director ejecutivo de la Euroliga) significan la confirmación a la entrada de los petrodólares, ya que ambos fueron los interlocutores durante la negociación. En este sentido, el ejecutivo lituano ha tejido planes de crecimiento futuro en Europa y fuera del Viejo Continente y ha mejorado "la experiencia de juego en los estadios, la televisión y las plataformas digitales de Euroleague Basketball, y abriendo nuevas vías para ampliar su base de aficionados", apuntaron desde la Euroliga. Con todo esto, habría dos clubes que no han mostrado el mismo interés que el resto, y son Maccabi Tel-Aviv, por cuestiones geopolíticas, y el Olympiacos, por motivos distintos a este proyecto.
Primeras consecuencias
Las primeras informaciones apuntan a que, a corto o medio plazo, un equipo de Dubái formara parte de la Eurocup y también en la Liga Adriática (ABA League) donde se encuentran equipos de Bosnia y Herzegovina, Croacia, Serbia, Montenegro, Eslovenia y Macedonia del Norte, todas ellas repúblicas de la extinta Yugoslavia. Con esto, algún equipo de los Emiratos Árabes Unidos iría 'metiendo la patita' poco a poco en este mundillo.
Pero no solo Europa será la única que se lleve un trozo del pastel. Como era de esperar, la NBA también quiere probar dentro de una expansión que está llevando por medio mundo (Asia, África, Europa, México...) y buena muestra de ello será llevar un partido de temporada regular a la península arábiga.
Esta entrada de Qatar en el baloncesto no es nueva, ya que hace casi un año que se confirmó que un fondo qatarí adquirió una participación minoritaria en los Washington Wizards de la NBA. Todo esto forma parte de las nuevas normas de la competición estadounidense, en las que ninguna inversión extranjera puede llegar a superar el 20% del total en ninguna franquicia.