El rapero Kanye West hizo el negocio del siglo durante la Super Bowl LVIII, ya que consiguió facturar cerca de 20 millones de dólares con su singular anuncio emitido durante el descanso del evento deportivo. El cantante anunció, en un comercial grabado con su móvil, que todos los productos de su línea de moda Yeezy estaban rebajados en la web a 20 dólares. El anuncio se viralizó rápidamente en redes sociales, y no precisamente por su calidad, sino por haberse realizado sin ningún tipo de presupuesto. "La forma más Kanye West de hacer un anuncio", declararon sus fans al ver el spot.
Ye, como se le conoce ahora al cantante, utilizó la cámara frontal de su móvil para anunciar la rebaja de los productos de su web: "Hola a todos, soy Ye y este es mi anuncio. Como hemos gastado todo el dinero en el espacio publicitario, no nos hemos gastado nada en el anuncio. Así que lo que os quiero decir es que vayáis a Yeezy.com. Tengo algunos zapatos, mmm... Y ya está".
Esta estrategia de marketing aleja y mucho el concepto de exclusividad con la que nació la marca de Ye, que ahora prefiere referirse a sí mismo tal y como hizo en sus redes sociales como "el Robin Hood de la moda". Aunque la jugada sin duda le ha salido perfecta. Con una inversión mínima de 7 millones de dólares (que es el coste del emplazamiento publicitario de 30 segundos durante el descanso de la Super Bowl) el cantante consiguió vender cientos de miles de sus productos. ¿El resultado? 20 millones de dólares facturados en menos de 48 horas.
Pero su última jugada maestra no se queda ahí. Kanye West, tras anunciar su último disco producido junto a Ty Dolla $ign y titulado 'Vultures 1', publicó vía stories que devolvería 180 dólares a todos los que ya habían comprado las botas Yeezy Pods, que se pusieron a la venta en diciembre por 200 dólares. Otro claro ejemplo del marketing de guerrilla que parece regir la estrategia comercial de las marcas de moda del diseñador.
Sin embargo, detrás del brillo y el glamour del éxito actual se esconde una historia de resiliencia y determinación. West admitió estar al borde de la bancarrota hace dos meses, poniendo todo su esfuerzo personal y económico en su nuevo álbum y en el anuncio de la Super Bowl. "El número uno en todo el mundo", dijo West este lunes en el aeropuerto LAX después de regresar de la Super Bowl. "Seré honesto con todos ustedes. Estuve a dos meses de quebrar y puse todo lo que tenía en ello", continuó. "Nos mudamos a Italia, a las fábricas y sobrevivimos. Sobrevivimos a la cancelación. Estamos de vuelta en el número uno", comentó.