
Las estaciones de esquí españolas están en peligro. Así lo indica un nuevo informe de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), en el que se evalúan factores clave en relación a la temporada de esquí en las estaciones y cómo estas podrían verse afectadas en los próximos años respecto a distintos escenarios climáticos.
De hecho, solamente hay que comprobar el estado actual de algunas de las estaciones de esquí españolas, que se han mantenido cerradas tanto en el mes de diciembre como en la gran parte del mes de enero y, ahora, no tienen previsión de abrir debido a las condiciones meteorológicas. Es el caso de todas las estaciones del Sistema Central, que se encuentran cerradas, como el Puerto de Navacerrada, Valdesquí o la Sierra de Béjar.
De este modo, el artículo, que se ha titulado El calentamiento global amenaza nuestras estaciones de esquí, se ha centrado en la recopilación de datos del programa Copernicus, que proporciona indicadores meteorológicos y de nieve para Europa, con un total de 39 indicadores de condiciones atmosféricas y de nieve, que se generan utilizando varios modelos climáticos.
Concretamente, se han tenido en cuenta para el informe la evolución hasta finales de siglo de tres indicadores clave para algunas estaciones de esquí del país: la duración de la temporada de esquí, la acumulación de la nieve y las horas propicias para la fabricación de nieve.
El calentamiento global afecta a la duración de la temporada de esquí
En cuanto a la duración de la temporada de esquí, analizada desde el primer día en el cual, de forma continua, el espesor de la nieve en las estaciones es superior a 30 cm (artificial o natural) y hasta el cierre de la estación, muestra que, en términos porcentuales, las mayores reducciones en la duración de temporada tienen lugar en el Sistema Ibérico, Sistema Central y Cordillera Cantábrica alcanzando valores del 30-40%: "Al tratarse de un término medio, existirán años concretos en que la duración sea todavía menor". Del mismo modo, habrá años en los que puede haber más nieve, pero no podrá conocerse este dato de antemano, obligando a los inversores a contraer riesgos que quizás no deseen asumir.
"Pirineos y Sierra Nevada también verán reducida la temporada de esquí, pero en menor cuantía merced a su elevada altitud. La posibilidad de atraer visitantes de otras estaciones cerradas podría compensar económicamente la disminución en el número de días de operación", indican.
La acumulación de nieve en las estaciones de esquí
En cuanto a la acumulación de nieve, se puede apreciar en las gráficas analizadas, que corresponden con estaciones concretas, como Formigal, Alto Campoo o Baqueira, un declive evidente y continuado hasta final de siglo en los diferentes escenario analizados: "En el escenario más optimista, se alcanza el mínimo a mediados de siglo y se logra cierta recuperación", indica el informe, aunque, incluso en este escenario más optimista, no se llega a recuperar los valores previos.
La fabricación de nieve también se ve afectada
Por último, en cuanto a la fabricación de nieve artificial, una de las alternativas utilizadas por todas las estaciones de esquí, se muestra en las gráficas la evolución estimada del número de horas en las que la temperatura es inferior a -2 ?C.
Uno de los escenarios analizados "pronostica una reducción aproximada del 40% hacia finales de siglo", aunque el más pesimista aumenta esta cifra hasta el 50-80% de las posibilidades de producir nieve artificial dependiendo de la estación.
"Una llamada de atención"
"En un mundo donde la nieve y las montañas son sinónimos de diversión y emoción, el calentamiento global emerge como una sombra amenazante sobre nuestras estaciones de esquí", insta el mencionado artículo, donde se habla de una "llamada de atención" para tratar de redefinir la sostenibilidad de nuestras prácticas "y a encontrar soluciones innovadoras para preservar la esencia única de las experiencias de esquí".