El regreso de las sedes empresariales a Cataluña pérdidas durante el procés se coló hace semanas en los trabajos entre el Gobierno y Junts para sacar adelante sus decretos anticrisis. En las conversaciones entre ambas formaciones, que se antojan un tira y afloja constante vista la negociación por la ley de amnistía, se abordó la posibilidad tanto de sancionar como de incentivar el retorno de estas compañías a la comunidad. Ninguna de las dos opciones cuenta con el respaldo empresarial, que aboga por recuperar un clima de normalidad institucional para lograr una vuelta que desde Foment del Treball hace tiempo que se intenta y que la CEOE asegura que apoya.
En el marco de la segunda edición del ciclo Shuttle Encuentro empresarial Foment del Treball-CEOE organizado este miércoles en Barcelona por elEconomista.es en colaboración con la Fundación La Caixa, los presidentes de ambas patronales pidieron aparcar subvenciones o multas en favor de la creación de un clima de confianza.
Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, defendió que desde la institución "todo el mundo está a favor del regreso de las empresas, que se fueran con profunda tristeza". En la misma línea se expresó Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment del Treball. "Las empresas van a volver cuando exista en Cataluña un clima de normalidad política y económica, pero estoy convencido de que en los próximos años se va a crear este clima", señaló el dirigente.
De hecho, Sánchez Llibre ya se presentó a la presidencia de la patronal catalana en 2018 con la intención de trabajar por el regreso de las sedes. Salvo contadas excepciones, como pueden ser Agbar o Red Points, las grandes compañías no han vuelto a Cataluña, pues todavía no existen, consideran, las circunstancias necesarias para que esto se produzca.
Ambos defendieron la importancia de la confianza. Y que una vez recuperada la estabilidad los empresarios serán los primeros en tomar la decisión de regresar. "Estoy convencido de que lo harán sin medidas coercitivas ni beneficios fiscales", auguró Sánchez Llibre. "Vamos a hacer todo lo posible para que vuelvan, pero la manera es que se cree el clima", redundó Garamendi.
El Gobierno también apuesta por la normalidad
La voluntad es compartida por el Gobierno. En una de sus primeras comparecencias, el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, dijo que su departamento tratará de generar las condiciones para que aquellas sociedades que así lo consideren "o que se marcharon por unas ciertas circunstancias, puedan volver". "La gran iniciativa es ir ganando normalidad y convivencia", señaló.
El presidente de la CEOE insistió en las declaraciones posteriores al evento que la vuelta de las empresas no se logra "con Decretos leyes" y volvió a pedir "un clima de confianza" para fomentar la vuelta. Tras conocerse la petición de Junts de multar a las compañías que habían trasladado su sede, Garamendi tildó la intención de "regulación en vena" y "comunismo". "No sé ni si es constitucional, pero es que esos planteamientos, sinceramente, son de aurora boreal", añadió.
De hecho, siempre que se les pregunta por la cuestión, las grandes cotizadas que mudaron su sede en 2017 aseguran que el regreso no es algo que esté sobre la mesa a día de hoy. Otra cosa sería que se produjera un cambio al frente de la Generalitat, apuntaba hace unos días un directivo catalán a elEconomista.es.
Pero lo cierto es que la confianza no parece crecer. O esto es lo que percibe el mundo patronal. Menos de 24 horas después de que el Gobierno no pudiese aprobar la ley de amnistía por el rechazo de Junts, Garamendi fue claro cuando se le preguntó: "es un desmadre todo lo que se está viendo". El líder patronal lamentó que "la economía funciona cuando hay confianza. Cuando se generan dinámicas que te despistan, cae la confianza".
Ya en declaraciones posteriores al evento, Garamendi añadió que lo vivido en estos últimos es días "es una especie de campo de minas". Además, avisó que la imagen proyectada al exterior "no es la mejor" en un momento en el que la inversión extranjera cae por encima del 20%, según datos del Banco de España.
Durante la sesión, Sánchez Llibre aseguró estar más preocupado por el contenido del pacto entre el PSOE y Sumar. El dirigente catalán instó al Gobierno a buscar acuerdos con Junts, PNV "o incluso ERC" para tratar de volver al centro. En cambio, rechazó hacer valoraciones sobre la amnistía. La patronal acordó internamente no entrar a valorarla al considerarla un tema político y no económico.
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