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Imputan al capitán y a otros dos mandos por la muerte de dos soldados en las maniobras de Cerro Muriano (Córdoba)

Militares acordonando el lugar donde localizaron los cuerpos de los dos fallecidos en la base de Cerro Muriano. Foto: EP.

Tres mandos militares han sido imputados este viernes por el fallecimiento de un soldado y un cabo durante un ejercicio acuático realizado en unas maniobras en la base militar de Cerro Muriano (Córdoba), sede de la Brigada 'Guzmán el Bueno' X. En concreto, el tribunal militar que investiga el caso ha acordado la imputación del capitán, un teniente y un sargento que se encontraban al mando en el momento de los hechos.

El juez del Tribunal Togado Militar 21 de Sevilla ve indicios de que podrían haber incurrido en un delito contra la eficacia del servicio, que se produce cuando el militar incumple sus deberes fundamentales causando "grave daño en los medios o recursos de las Fuerzas Armadas o en las personas, o riesgo para el servicio o para la seguridad de una fuerza, unidad o establecimiento de las Fuerzas Armadas".

El Ministerio de Defensa ya había retirado de sus cargos al capitán al mando de las maniobras, de apellido Zúñiga, ya que fue quien dio la orden de que 20 efectivos de los 60 que había presentes entraran en el agua el pasado 21 de diciembre cuando la temperatura rondaba los 4 grados "sin línea de vida" y solo con una cuerda agarrada a dos árboles en cada lado del lago. Entre ellos se encontraba el soldado Carlos León Rico, de 24 años y natural de El Viso del Alcor (Sevilla), que falleció en el acto.

Según explicó esta semana el abogado de la familia del joven durante una rueda de prensa, varios de estos militares llevaban en el momento de los hechos un sobrepeso de unos 3,5 kilos en su mochila como "castigo" por haber realizado mal un ejercicio previo. Este "castigo", según el letrado Luis Romero, fue decidido "por el capitán y los mandos" los días previos al ejercicio, exponiendo que el informe de la Guardia Civil determinaría que el soldado Carlos León arrastraba más de 12 kilos entre su mochila, "que no era estanca y que no flotaba", el fusil y la mina simulada.

Prohibido agarrar la cuerda

En ese marco en el que el capitán "conocía los riesgos" que afrontaban los efectivos al someterse a dicho ejercicio, este mando habría llegado a "prohibir" a sus hombres agarrarse a la citada cuerda de "guía", avisando de que sólo podrían hacerlo "en caso de vida o muerte"; pues debían avanzar en el agua "pateando", si bien se "hundían" a consecuencia de las circunstancias en las que se desarrollaba la maniobra.

La situación habría llegado a tal, según el relato del abogado, expuesto a merced de los testimonios de varios de los soldados que ya han prestado declaración y al informe de la Guardia Civil, que finalmente varios de los 15 efectivos que estaban en el agua, "congelados" de frío, agarraron la cuerda, motivando que la propia cuerda se hundiese. Aquello, según sus palabras, se tornó en un "sálvese quien pueda".

El "culmen", según aseguró el abogado, fue cuando el capitán llegó supuestamente a "dar la orden de soltar la cuerda", que estaba sujeta a dos árboles situados a cada uno de los extremos del lago, presumiblemente con la idea de usarla para arrastrar a los soldados hasta tierra, extremo que no habría dado resultado por "mucho que tiraron de ella"; y que "redujo la capacidad de salvaguarda" de los militares. "Los testigos dicen que todo era un descontrol", aseveró el abogado señalando el contenido de las pesquisas.

En ese sentido, el letrado alertó de que "la tragedia podría haber sido mucho mayor" en el caso de que hubiesen entrado también el agua los restantes 60 efectivos que esperaban para participar en la maniobra; recriminando al capitán "esa falta de prevención y la puesta en riesgo" de las vidas de los soldados, porque el ejercicio fue llevado a cabo pese a todas estas circunstancias, "porque él quería, para instruirles para caso de guerra", cuando España no afronta esa situación.

El castigo es "ilegal y está prohibido"

Por su parte, el presidente de la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME), Marco Antonio Gómez, señaló durante una entrevista en Canal Sur Radio "hay que ser muy cautelosos" con el hecho de que el soldado portaba presuntamente sobrepeso en su mochila, aunque aclaró que "los castigos físicos dentro de las Fuerzas Armadas son ilegales y están terminantemente prohibidos". "Partiendo de esa base, hay una línea muy delgada y muy complicada de demostrar, que es separar la instrucción de un castigo físico", ha señalado.

En este sentido, si hubo un lastre en la mochila de los soldados que hacían las maniobras el día 21 de diciembre, "lo tendrá que determinar la investigación", pero "si fue un castigo, eso está terminantemente prohibido y es ilegal", ha remarcado.

Gómez también apuntó presuntamente a "una serie de fallos en cadena que propiciaron el grave desenlace de los dos compañeros", como que "la línea de vida no era la adecuada, sino una cuerda mal puesta, cuando una línea de vida tiene que ir con un montaje especializado por personal especializado"; que "no hubiese una Zodiac o balsas para que en un momento alguien se pudiese agarrar si no podía terminar de nadar o flotar"; que "la ambulancia estuviese a una distancia adecuada para socorrer al personal en ese momento".

"El cúmulo de situaciones que se dieron agravaron la situación, añadida además a que el capitán en ese momento si vio que las condiciones no eran las idóneas, podía haber perfectamente suspendido el ejercicio, informando a su cadena de mando orgánica", porque "si las inclemencias del tiempo y la situación del personal no era las adecuadas podía perfectamente haber suspendido el ejercicio", aseveró.

Así, Gómez declaró que "en ese momento, el máximo responsable es el capitán", puntualizando que "el mando no se delega y es responsabilidad del mando para lo bueno y para lo malo", de manera que "si allí no había ningún mando superior, el jefe era el capitán y no puede haber otra línea de actuación".

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