Málaga
La Costa del Sol sigue de cerca todas las noticas relacionadas con el incierto futuro de Tívoli World de Benalmádena (Málaga). El único parque de atracciones de Málaga fue un templo del ocio y la diversión durante 50 años, pero en 2020 cerró sus puertas por una importante acumulación de deudas con Hacienda la Seguridad Social que derivó en un concurso de acreedores.
Tres años después de echar el cierre, los empleados que se encargaban de garantizar el disfrute a los más de 800.000 visitantes que el parque recibía de media cada temporada continúan en lucha judicial para recuperar sus puestos de trabajo. Entre tanto, distintos fondos de inversión internacionales han puesto ya el foco en estas instalaciones abandonadas, con el fin de impulsarlas y hacer negocio.
Los trabajadores vigilan el parque
Pero, lo cierto es que el abandono y la desazón siguen invadiendo la montaña rusa, el laberíntico barco de vapor anclado en el lago o el emblemático pasaje del terror que fue inaugurado por el mismísimo actor americano Anthony Perkins. Los propios trabajadores, que siguen sin cobrar y sin saber si algún día recuperarán sus puestos, se encargan de manera voluntaria de mantener las instalaciones en la medida de lo posible.
Organizados por grupos, hacen batidas nocturnas para evitar el sabotaje y los actos vandálicos, mantienen los jardines, de vez en cuando ponen en marcha algunas de las atracciones e incluso alimentan y cuidan con mimo a la comunidad de pavos reales que todavía habita en el parque, manteniendo viva la esperanza de que algún día volverá a abrir sus puertas.
"La pelea es muy dura, llevan dos años ya en una situación muy complicada, pero no pierden la esperanza, por eso todos los que pueden trabajando para mantener las instalaciones en las mejores condiciones posibles", comenta a elEconomista Andalucía Antonio Tallón, coordinador jurídico de CCOO de la plantilla de Tívoli World.
Un laberinto judicial
Los trabajadores se quedaron sin empleo en 2020, pero su situación se volvió aún más complicada en marzo de este año, cuando el juzgado de lo Mercantil número 1 de Málaga dio por extinguida la relación laboral y dirimió el concurso de acreedores de la Compañía Internacional de Parques y Atracciones (CIPASA), antigua propietaria de Tívoli.
Según ha explicado el coordinador jurídico, en octubre el Tribunal Supremo (TS) desestimó un recurso planteado por los más de 100 trabajadores, que ahora están a la espera del recurso de suplicación del auto de extinción que debe resolver, en este caso, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
Mientras la burocracia avanza lentamente, el parque, que cuenta con una extensión de160.000 metros cuadrados, unas treinta atracciones, un auditorio, varios escenarios, restaurantes y hasta un lago, sigue captando la atención de importantes fondos dispuestos a invertir lo que sea necesario para reactivar este foco de atracción de visitantes y turistas.
Una propuesta seria
"Ya ha habido muchos rumores, incluso se hablaba de que Warner podría estar interesada en invertir en Tívoli, pero parece que esta vez la propuesta es seria. El Ayuntamiento de Benalmádena nos ha citado el 15 de noviembre para contarnos más detalles sobre esta posibilidad", apunta Tallón.
Lo cierto es que durante la última sesión plenaria ordinaria del consistorio celebrada el pasado mes de octubre, la concejala de Urbanismo Presi Aguilera, explicó tras preguntas de la oposición que hay un grupo extranjero "muy interesado" en invertir en las instalaciones para desarrollar un nuevo parque de atracciones, para lo que el propio Ayuntamiento está actuando de intermediario con el grupo inmobiliario Tremon, acual propietario del parque.
"Los trabajadores han acogido la noticia con ilusión e incredulidad, porque es muy complicado contactar son la propiedad del parque", explica el coordinador judicial, que mantiene la esperanza de que Tívoli vuelva a abrir sus puertas como uno de los mejores parques de atracciones del país.
Con el fin de garantizar el uso de estas instalaciones como Parque de Atracciones lo que mantendría el empleo y supondría una importante atracción turística para la Costa del Sol, el Ayuntamiento aprobó por unanimidad una moción en la que se reclamaba a la Junta de Andalucía su declaración como espacio de interés autonómico. Una petición que finalmente no salió adelante.
Mientras aguardan al encuentro en el que el Ayuntamiento contará más detalles sobre la actual propuesta de inversión, los trabajadores han solicitado además sendas reuniones con la Junta de Andalucía y el Gobierno central para tratar de solucionar su situación y aseguran que seguirán en lucha hasta que Tívoli vuelva a abrir sus puertas al público.