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BonÀrea culmina una inversión de 200 millones en Zaragoza con la planta de frutos secos

  • En la nave logística, ha arrancado el proceso de cross docking para distribuir a tiendas de Aragón Navarra y La Rioja
  • Ya está en funcionamiento la nave de lavadero de cajas y a finales de año lo estará la de frutos secos
  • En 2025, se finalizará la nave de líquidos en la que se apostará por productos como la leche
La nave de frutos secos se encargará de la recepción y tratamiento de toda la gama de frutos secos y frutas desecadas.
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BonÀrea terminará el 2023 alcanzando el ecuador de la inversión en su complejo agroalimentario en Épila, en Zaragoza, al que ya ha destinado 200 millones de euros en las distintas naves que están en funcionamiento y en las instalaciones que se van a poner en marcha en el último trimestre. La compañía se prepara ahora para continuar con la inversión de otros 200 millones de euros para avanzar en todo el proyecto en esta localidad aragonesa, que contempla un total de 400 millones de euros y que prevé emplear a 4.000 personas una vez esté finalizado, en 2029, y a pleno rendimiento. De momento, trabajan 80 personas.

En estos momentos, en el complejo, comenzado en 2017, ya están en marcha, aunque en fase de pruebas, la nave de lavadero de cajas, de 29.000 metros cuadrados, en la que se realizará el lavado de las cajas, reutilizables durante diez años, que BonÀrea emplea como elemento logístico interno y externo con el fin de evitar el consumo de toneladas de plásticos y cartones de embalajes. Esta nave consta inicialmente de una sola línea con capacidad para lavar 4.000 cajas por hora procedentes de las tiendas del entorno.

Estas instalaciones estaba previsto que empezasen a operar este mes de octubre, cumpliéndose los plazos establecidos. Además, en estas instalaciones, también se realizará la clasificación y control de devoluciones para destinar subproductos y valorización de los retornos de las tiendas y están dotadas con sistemas de aprovechamiento de agua y energía.

Dentro del complejo, también está operativa la nave logística de 22.000 metros cuadrados en la que ya ha arrancado también el proceso de cross docking, de manera que llegan cada día diez tráileres cargados con los pedidos preparados para distribuir a a las tiendas de Aragón, Navarra y La Rioja, así como a las situadas en las inmediaciones y área de influencia de Épila. En total, se sirve diariamente a prácticamente un centenar de establecimientos.

La siguiente de las instalaciones que entrará en funcionamiento es la nave de frutos secos. En sus 15.000 metros cuadrados de superficie, se realizará la recepción y tratamiento de toda la gama de frutos secos y frutas deseadas, aparte de elaborar diferentes productos con base de almendra de Aragón. La capacidad productiva es de 4.000 kilos por hora.

La planta de Guissona en Lérida ya ha alcanzado su máxima capacidad y Épila se convierte en la apuesta de futuro del grupo agroalimentario

En esta nave, al igual que en el conjunto de instalaciones, se ha apostado por la eficiencia energética para lo que contará con una caldera de biomasa alimentada por el subproducto restante de la almendra, es decir la cáscara, con el que se generará la energía suficiente para los procesos térmicos como el tostado o repelado.

Las próximas inversiones

Posteriormente, ya en 2025, concluirá la nave de líquido de 15.000 metros cuadrados tras iniciarse su construcción en 2024. En este caso, la actividad se centrará en el tratamiento y envasado de leche -será el producto principal por la demanda creciente-, zumos, agua, vino y aceite para lo que se contará con proveedores de Aragón y Soria. Estas instalaciones tendrán las zonas productivas segregadas según el producto.

Los avances en las obras del complejo de BonÀrea se han dado a conocer en el transcurso de la visita realizada por el presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón, quien ha destacado la importante inversión de este proyecto y el empleo, sobre todo, por la creación de nuevos puestos de trabajo.

Azcón ha mostrado el apoyo del Gobierno de Aragón a este complejo agroalimentario. En este sentido, ha manifestado que "es evidente que vamos a seguir apoyando el proyecto de BonÀrea por muchas razones, pero sobre todo porque la inversión es positiva en toda la zona y, además, va a favorecer la agroindustria de la comunidad autónoma".

El presidente aragonés ha estado acompañado durante su visita por representantes de BonÀrea como el presidente del grupo, Jaume Alsina, y el director del Departamento de Ingeniería y Energía del grupo Guissona, Andreu Puig. Para Alsina, el complejo de Épila es clave para la compañía, ya que lo ha definido como "el futuro" ante una planta de Guissona en Lérida que ha alcanzado ya su máxima capacidad.

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