
Las reclamaciones en los distintos puestos de trabajo están reconocidas por ley, por lo que todos los clientes o usuarios de un servicio público o privado tienen a disposición las hojas para interponer quejas u opiniones. Sin embargo, en algunos casos, las reclamaciones pasan a ser completamente surrealistas, como las que cuenta una trabajadora de un hospital.
"Llevo unos 5 años de cara al público en diferentes sitios y ya tenía asumido que la gente es mayoritariamente idiota. Pero el shock que ha sido entrar al hospital y ver las reclamaciones que me han puesto en un mes, me ha dado ganas de ordenarlas todas en un hilo", ha escrito en su cuenta de Twitter una trabajadora que se encuentra en un hospital.
Las reclamaciones de los pacientes del hospital
La chica ha contado así algunas de sus experiencias de cara al público: "Me viene una paciente de otra especialidad a quejárseme de que en el ascensor había un hilo musical animado y yo: 'Pues no sé señora, música de ascensor. Me pone una reclamación a mí (la de Oncología) porque el hospital debería ser silencioso", explica. "'Es que estoy nerviosa esperando un diagnóstico importante, no quiero distraerme con música'. Y yo pensando 'Señora, suba por la escalera esto es un segundo'".
En otra ocasión, le preguntaron por la zona de Oftalmología, a lo que contestó que era en la primera planta, a lo que le recriminó que no estaba bien señalado: "Señora, hay un cartel enorme y luminoso en la puerta", le dijo, a lo que le contestó "Sí, claro, pero tenía muchísimas letras y yo no pienso leer tanto". Acto seguido, puso una reclamación.
Otra reclamación vino por parte de una señora de avanzada edad, que explicó que le habían puesto en el informe que tenía 87 años, cuando ella realmente tenía 70. La trabajadora del hospital le pidió el DNI y, efectivamente, tenía 87 años. Según la señora, también le habían puesto la edad incorrecta en su DNI.
Otro hombre que acudió al hospital puso una reclamación porque tenía cita para Neumología. La trabajadora le indicó que ese día no pasaría el neumólogo, a lo que el señor le espetó que eso era imposible, que él tenía cita: "Seguramente se haya confundido de día", le dijo. Finalmente, el hombre se había confundido de hospital, pero, aun así, puso la reclamación.
A estas reclamaciones se suman otras que cuenta en el mismo hilo de Twitter y que se añaden a las historias de otros usuarios que también trabajan de cara al público y que, igualmente, han tenido que aguantar absurdas reclamaciones en sus puestos de trabajo.
La opinión de los usuarios
Cierto es que hay algunos de los usuarios que han comentado que, por lo general, se encuentran a gente amable. Por igual, otros se han centrado en la empatía a la hora de tratar a los pacientes de un hospital: "A los que estáis muy preocupados por la empatía a esos pacientes y por si los hemos tratado mal: tranquilos, tenemos un servicio muy bueno de atención al paciente que les escucha y pone solución. Además de que siempre les recibimos con una sonrisa", ha explicado la protagonista de este hilo de Twitter.
Llevo unos 5 años de cara al público en diferentes sitios y ya tenía asumido que la gente es mayoritariamente idiota. Pero el shock que ha sido entrar al hospital y ver las reclamaciones que me han puesto (EN UN MES) me ha dado ganas de ordenarlas todas en un hilo
— Ganchito ???????????? (@Ganchito67) August 8, 2023
"Pero también pensad que estamos sonriendo y siendo amables con alguien que pretende que perdamos el trabajo por un error suyo. A ver si no vamos a tener tanta empatía", concluye.