Los pantanos españoles se encuentran bajo mínimos: han perdido un 0,8% en la última semana (un total de 427 hectómetros cúbicos) y actualmente acumulan solo el 45,8% de sus reservas, es decir, unos 25.652 hectómetros cuadrados.
Tal y como se puede comprobar en los datos del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, se trata de la tercera menor cantidad de agua acumulada en los embalses de las últimas décadas. Solo en 1990 y 2022 los embalses estaban más vacíos: por aquel entonces contaban con el 35,34% y el 44,39% de las reservas, respectivamente. Los datos se recogen desde 1990.
Del total de agua reservada en los embalses, los 25.662 hectómetros cúbicos anteriormente mencionados, 15.000 son de uso consuntivo (consumo humano y regadío), cuyos embalses están al 38,8% de capacidad. El resto, 17.400 hectómetros cuadrados, son de uso hidroeléctrico, cuyos embalses están al 63,65%.
Estos datos tienen lugar a pesar de las recientes lluvias que cayeron especialmente en la vertiente Mediterránea y un poco menos en la Atlántica. Las precipitaciones, eso sí, no han sido suficientes para paliar el descenso de las reservas a nivel nacional.
Las cuencas con más y menos agua en sus embalses
El Cantábrico occidental es la zona con mayor nivel de reservas, un 90,2%. Le sigue muy de cerca el Cantábrico oriental con un 89% y algo por detrás las cuencas internas del País Vasco y Galicia Costa, con un 76,2% y un 72,1%, respectivamente. El Miño-Sil (69,6%), el Tinto, Odiel y Piedras (69%), el Duero (59,8%), el Júcar (56,1%), el Tajo (55,5%) y el Ebro (53,2%) son los que tienen una capacidad superior a la mitad.
En el otro lado de la balanza, la cuenca del Segura (34,5%), la cuenca mediterránea andaluza (31,9%), las cuencas internas de Cataluña (30,6%), la cuenca del Guadiana (29%), la del Guadalquivir (22,7%) y la del Guadalete-Barbate (21,7%).