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Cómo funciona el interés compuesto: la fórmula matemática aliada del ahorro a largo plazo

  • Se diferencia del interés simple cada vez más a medida que pasa el tiempo
  • Su eficacia depende del tipo de interés nominal en la inversión
  • La "regla del 72" ilustra las capacidades de esta herramienta
Mujer interesada en la inversión (Dreamstime).
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Uno de los principales elementos que afectan al ahorro es el tiempo, no solo porque este permite acumular dinero mediante aportaciones periódicas, sino también por el potencial de una inversión temprana de estas partidas. El interés compuesto es una herramienta que permite al inversor obtener un rendimiento mayor que el interés simple, a medida que el tiempo pasa.

Por tanto el Instituto BBVA de Pensiones explica que, ante un objetivo de ahorro, el interés compuesto permite al individuo rebajar su esfuerzo mediante cantidades menores.

¿Cómo funciona el interés compuesto?

Consiste en una técnica para incrementar el ahorro, mediante la cual los intereses que se ganan recurrentemente tras invertir se unen al capital sobre el que ese rendimiento se aplica. Entonces, la base sobre la que se aplica la tasa de interés (siempre que esta sea constante) aumenta, y con ello las ganancias de la inversión.

Un ejemplo sería el de unos padres que, cuando nace su hijo, crean una cuenta para él e ingresan 1.000 euros en la misma. Si el tipo de interés nominal (TIN) es del 6%, entonces la cuenta obtendría 60 euros extra cada año. Cuando el recién nacido tenga 65 años, y si nada cambia, los rendimientos del depósito le reportarán 3.900 euros. Pero el interés compuesto (asumiendo que se mantiene la rentabilidad, algo casi imposible debido a la impredecibilidad del mercado) haría que esa cantidad fuese de 44.000 euros.

Con el interés compuesto, el primer año el depósito ganó igualmente 60 euros (6% anual para esos 1.000 iniciales). El cambio llega con el segundo año, donde el porcentaje ya no se aplica al ingreso inicial sino a 1060 euros, y el depósito aumenta ahora en 63,6 euros. Cada año, las ganancias se aplicarán al total de la cuenta, que cada vez será mayor. El poder de esta herramienta consiste en un crecimiento exponencial, y no aritmético como en el caso de un interés simple.

La regla del 72 como demostración

La conocida como "regla del 72" ilustra adecuadamente las capacidades del interés compuesto a medida que pasan los años. Esta consiste en que el dinero invertido se duplica aproximadamente en un período que se calcula dividiendo 72 entre el interés devengado. Por ejemplo, si alguien invierte una cantidad cualquiera y el interés está al 2%, entonces ese capital se habrá duplicado 36 años más tarde (72 entre 2). Y en el ejemplo anterior, con la tasa de interés al 6%, entonces se tardarían (72 entre 6) 12 años.

Entonces, para proyectos de futuro como un plan de pensiones, el interés compuesto puede ser una herramienta poderosa. Si por ejemplo una persona de 18 años invierte, con la ayuda de sus padres, 2.000 euros al empezar la carrera, con un interés del 4%, entonces tendrá 4.000 euros 18 años más tarde, esto es, cuando tenga 36 años de edad.

Y todavía le faltarían aproximadamente otros 30 años para jubilarse, así que si se tiene en cuenta el incremento exponencial del ahorro, cuando llegue el momento ese depósito le ofrecerá un excelente colchón financiero para la jubilación.

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