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Los activos oceánicos de Crown Estate: el imperio de los fondos marinos financia al nuevo Rey Carlos III

  • La cartera marina británica tiene un valor de 5.700 millones
  • La OCDE estima que la economía oceánica podría superar los 3 billones para 2030
Foto: Montaje Javier Barriocanal.

Este sábado 6 de mayo se realizará la coronación del Rey Carlos III en Londres. Para el nuevo reinado, se estima que 'Crown Estate', el negocio de bienes raíces comerciales que posee la corona británica, amplíe sus ganancias gracias a un patrimonio de origen no habitual que corresponde al imperio de los fondos marinos.

Así es, no solo todo lo que tiene Regent Street, uno de los destinos de compras más emblemáticos del mundo, le pertenece al rey Carlos III. Tampoco todo el imperio inmobiliario, que incluye la sede de Twitter en Londres o el hipódromo de Ascot. Su dominio se extiende mucho más allá de las costas de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte.

Desde 1964, Crown Estate ha reclamado toda la plataforma continental del Reino Unido, alcanzando cientos de kilómetros en el mar, y con ello el derecho a otorgar permisos para construir turbinas eólicas en alta mar, tender tuberías y almacenar carbono bajo el espacio marino.

Aumento en la cartera marina

Durante años a la familia real solo se le asoció al imperio de propiedades terrestres, y el espacio marítimo pasó a un segundo plano. Sin embargo, en los últimos años ha aumentado su valor como resultado del floreciente mercado de las energías renovables. De esta forma el imperio de los fondos marinos británicos se duplicó entre 2020 y 2021. Para 2022, Crown Estate estimó que su cartera marina valía 5.000 millones de libras (5.700 millones de euros).

En este contexto, la OCDE estima que la economía oceánica podría superar los 3 billones para 2030, debido a la aceleración dramática en las industrias basadas en el océano. Y el Reino Unido saca provecho de este escenario. Con sus 29.000 kilómetros de costa, ha sido uno de los primeros en comercializar sus aguas costeras más allá de los sectores tradicionales de petróleo y gas, mariscos y transporte marítimo.

Economía azul

De esta forma, y según señala una reciente publicación de Wired, Crown Estate ha facilitado y se ha beneficiado de gran parte de esta nueva actividad, trabajando en conjunto con el gobierno para alquilar áreas del océano a empresas que desean instalar turbinas eólicas marinas, dragar arena y grava para la industria de la construcción, tender cables para Internet tráfico y electricidad, o construir oleoductos y gasoductos. También es responsable de otorgar los derechos para almacenar carbono, una industria futura potencialmente lucrativa.

No todo el dinero generado por el mar financia a la realeza. Una cuarta parte de las ganancias de Crown Estate va a la monarquía británica a través de un sistema llamado subvención soberana, mientras que el resto fluye hacia el erario público a través del ministerio de finanzas.

"El Crown Estate está convirtiendo el espacio marino en una importante fuente de ingresos por alquileres para el Crown Estate de miles y miles de millones de libras", explicó al medio británico Guy Standing, profesor de la Escuela de Estudios Africanos y Orientales de Londres y autor del libro 'The Blue Commons: Rescuing the Economy of the Sea'.

El privilegio de invertir en aguas británicas

Hasta ahora, Crown Estate ha realizado cuatro subastas importantes, en las que las empresas pujan por los derechos para construir parques eólicos en secciones designadas del espacio marino. A medida que la tecnología evoluciona, cada subasta permite que los parques eólicos construyan turbinas más grandes que se instalan más lejos en el mar.

El mercado de la energía eólica marina se ha vuelto tan competitivo que Crown Estate ahora está en condiciones de cobrar a las empresas tarifas "enormes", solo para reservar el derecho de construir en el espacio marino.

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