
Brian Chesky es cofundador de Airbnb, junto a Nathan Blecharczyk y a Joe Gebbia. En un reciente evento llevado a cabo en la Escuela de Postgrado de Negocios de Stanford, el primero admitió que fue gracias a unas cajas de cereales que Airbnb comenzó a captar inversiones.
Airbnbn, actualmente valorada en 75.130 millones de dólares, fue lanzada al mercado en 2008. En aquel momento, los inversores mostraban escepticismo con respecto a su premisa, pues no confiaban en la idea de que la gente "invitase" a extraños a sus hogares a pasar las noches. Así, y tras un rechazo generalizado del mundo del capital riesgo, los cofundadores decidieron dirigirse hacia su clientela en busca de nuevos fondos.
Unas cajas de cereales
Por aquel entonces comenzaron a vender cajas de cereales diseñadas con las figuras de los candidatos a las elecciones presidenciales estadounidenses en 2008, como una opción de desayuno por 40 dólares en los pisos de Airbnb. De acuerdo con Chesky, la popularidad de dichos cereales se refleja en las más de 1.000 unidades vendidas, lo cual reportó a la compañía unos beneficios de 30.000 dólares.
Además, este añade que fue desde ese momento que los inversores comenzaron a prestarles atención. Por ejemplo, el cofundador de la aceleradora de startup tecnológicas T Combinator, Paul Graham, les contactó para hacerles una propuesta gracias a los cereales. Las palabras de Graham al trío fueron las siguientes: "Si podéis convencer a la gente para que pague 40 dólares por cajas de 4 dólares, entonces quizás, y solo quizás, seáis capaces de convencer a extraños para que convivan".
Así, tal y como indica la compañía de información comercial Crunchbase, Y Combinator fue responsable de una de las primeras inversiones para Airbnb, con 20.000 dólares para la entonces startup a cambio del 6% de participación.
Un rechazo no es el fin del mundo
Airbnb es hoy un gigante que popularizó la industria del alojamiento según la demanda. Esta idea, inicialmente rechazada por los inversores, es la que hizo a sus fundadores millonarios. Además, de acuerdo con Chesky durante el primer año tras el lanzamiento Airbnb obtuvo numerosos rechazos por parte de los inversores: "Quienes nos rechazaron eran gente inteligente, y estoy seguro de que nuestro proyecto no parecía muy impresionante". Puede que sin la idea de los cereales Airbnb actualmente no existiría.
Esta empresa es un claro ejemplo de por qué un rechazo no debe desanimar a los responsables de una startup. Pero también está el caso de la aplicación de citas Bumble, que convirtió a su directora ejecutiva y fundadora, Whitney Wolfe Herd, en la mujer milmillonaria más joven del mundo (sin contar con riquezas heredadas). Y es que ella también recibió varias respuestas negativas mientras intentaba lanzar su compañía, que fue fundada en diciembre de 2014.
A los inversores no les convencía la idea de que fuesen exclusivamente las mujeres las que iniciasen las conversaciones, idea básica de Bumble. Debido a esto, pronosticaron que el proyecto fracasaría por desafiar las normas sociales imperantes. Pero ella se tomó dichas críticas como una evidencia de que sus ideas eran innovadoras y tenían futuro, sacando motivación extra de ello. "Cada vez que obtenía un correo, tweet o alguien me decía que era una idea estúpida, mi entusiasmo aumentaba. La gente no suele ser capaz de reconocer ideas que todavía no existen, por lo que simplemente tienes que creer en ti", asegura Wolfe Herd.