
Expuesto así, probablemente a nadie le llame la atención la idea, pero lo cierto es que la normalización en la sociedad de la reutilización de aguas residuales es un desafío que debe seguirse abordando con perseverancia en el mundo. Si no, 5 billones de personas vivirán en zonas de escasez de agua en 2025 y, para 2050, la demanda hídrica crecerá en un 30%. La actual situación invita a pensar en alternativas eficientes que reduzcan la huella hídrica y optimicen la gestión de los recursos.
Para dar respuesta al que también es uno de principales Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, el 6 -Agua limpia y Saneamiento-, las administraciones públicas junto a las principales gestoras del agua en España se están empleando a fondo para acometer proyectos de gran envergadura respecto a la recogida y el tratamiento del agua residual y su utilización en campos agrícolas y zonas verdes.
Tanto es así, que España es considerado, dentro de la Unión Europea, líder en el reaprovechamiento de aguas, dado que es el país que mayor volumen produce, ocupando la quinta posición a nivel mundial en cuanto a capacidad de reutilización instalada. Obviamente, los avances tecnológicos y la innovación juegan un papel muy importante en el desarrollo y crecimiento de esta aplicación.
En números, ya casi el 30% de las más de 2.000 estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) españolas están preparadas tecnológicamente para ofrecer los tratamientos terciarios que posibilitan dicha reutilización, mayoritariamente para regar esas lechugas, patatas o tomates que luego van al plato del consumidor final en forma de guisos o ensaladas, estimándose que se reutilizan más de 400 hectómetros cúbicos al año, es decir, entre el 7% y el 13% del agua residual tratada.
El 90% del total reutilizado actualmente se concentra en la Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía, Islas Canarias e Islas Baleares y grandes ciudades como Madrid o Barcelona. Destaca la segunda por reaprovechar el 95% de su agua, dándose aquí, por ejemplo, uno de los últimos ejemplos en su reciclaje para la agricultura. Es el caso concreto de la Comunidad de Regantes Hoya del Mollidar-El Portichuelo, donde se va a consolidar el regadío mediante la incorporación y el aprovechamiento de volúmenes concesionales de aguas regeneradas procedentes de la estación depuradora de Yecla, que hasta la fecha no podían ser aprovechados por carecer de infraestructuras de elevación y transporte necesarias para conducir este recurso hídrico hasta las zonas de riego.
Y es que esta alternativa tan sostenible se emplea mayoritariamente en nuestro país para el riego agrícola, superando el 60% del total, seguido de los usos recreativos (riego de campos de golf) o municipales (riego de zonas verdes como jardines o parques, limpieza de calles…) y, de manera más minoritaria, en la industria.
También es destacable el cada vez mayor interés que despierta su uso para la mejora ambiental de otras fuentes de agua, como por ejemplo la recarga de acuíferos, humedales o la optimización de los caudales ecológicos de los ríos, aunque de momento su implantación es mínima en la actualidad.
La reutilización a nivel mundial
En términos globales, las expectativas de crecimiento de la reutilización de aguas residuales son muy positivas a nivel mundial. De hecho, algunas previsiones apuntan a que el volumen de su uso podría incluso sobrepasar al de agua desalada en un futuro.
Como ocurre aquí, el reaprovechamiento va dirigido mayoritariamente al riego de campos de cultivo, sobre todo de países áridos.
En la Unión Europea, esta reutilización se concentra principalmente en los países de la cuenca mediterránea: Francia, Italia, Grecia, Malta y Chipre. Curioso es el caso de Chipre, que reutiliza más del 90% de sus aguas residuales, a pesar de que el volumen empleado es más bajo que el de la mayoría de los miembros de Europa.
Fuera de nuestro continente, destacan los Estados Unidos, Singapur o Israel como buenos ejemplos de países en los que la reutilización de agua forma parte integral de sus recursos hídricos. Es más, en ciudades como California se está planteando su uso como recurso de abastecimiento doméstico.
La reutilización progresiva de aguas residuales en el sector de la agricultura debe continuar su camino. Permite aminorar la escasez de un recurso cada vez más limitado y alivia las presiones sobre las aguas subterráneas y otros cuerpos de agua naturales.
Además, otro aspecto potencialmente positivo es el aporte de nutrientes que ofrecen, que podría reducir el uso de algunos de los fertilizantes o fitosanitarios químicos actuales.